Este certamen vino a colmar un gran anhelo del público ecuatoriano en general y del quiteño en particular, de desarrollar un festival de carácter internacional para darle cabida a una música que cada vez tiene más seguidores: la música sacra.
Las presentaciones –que durarán tres semanas– se desarrollarán en iglesias y monasterios del Centro Histórico y de las 38 parroquias quiteñas, e incluirán exposiciones de arte sagrado y conferencias. Plazas y parques serán los escenarios de retretas a cargo de bandas populares y militares, y todo culminará en la Semana Santa.
Participarán unos 600 artistas de 10 países, que presentarán obras del repertorio colonial latinoamericano y ecuatoriano; música del Renacimiento, del Barroco; música popular religiosa; música de cámara, vocal, instrumental y vocal-sinfónica.
Entre los participantes se cuentan: Ensamble Brahms de Caracas; Coro Klingende Brücke y Coro Voces Cantantes (Alemania); Leonid Kilesov (Rusia); Ensamble Millenium (Guatemala); Tadashi Maeda (Japón); Llorens Barber (España); Valery Shevchencko y Pavel Ivannikov (Ucrania); Mercedes Crespo (Cuba) y numerosas agrupaciones de Ecuador, entre otros.
Todas las presentaciones y actuaciones estarán abiertas gratuitamente al público en general, con el propósito -según declaró el obispo auxiliar de Quito, monseñor Julio Terán Dutari-, de que todos puedan apreciar la belleza y el atractivo de la música sacra.
De esta manera la antigua ciudad de Quito, que atesora una bella arquitectura colonial religiosa, se convertirá en estos días en la capital latinoamercana de la música sacra.