NUEVA DELHI, 15 mayo 2002 (ZENIT.org).- Monseñor Vincent M. Concessao, arzobispo de Delhi, ha hecho un llamamiento durante el Foro de Cristianos Unidos a todas las personas de buena voluntad para que busquen modos de persuadir al Gobierno de que detenga la actual violencia en Gujarat..
«La violencia sin fin en Gujarat es el resultado de un largo adoctrinamiento de las fuerzas comunales. Pasará mucho tiempo antes de que los prejuicios y las actitudes hostiles fomentadas insidiosamente durante años puedan ser eliminados», dijo el arzobispo, hablando ante el Foro, según refiere la agencia católica SAR News de India.
Más de 900 personas, en su mayoría musulmanes, han muerto violentamente desde que un tren que transportaba peregrinos hindúes fuera quemado el 27 de febrero. El atentado costó la vida a 59 personas. Otros 100 mil musulmanes se encuentran hacinados en campos para refugiados.
Con el aumento de la violencia, les resulta cada vez más difícil a hindúes y musulmanes volver a una convivencia armoniosa, particularmente en las remotas aldeas de Gujarat.
«Los ciudadanos que están favor de la Constitución y del imperio de la ley, y al mismo tiempo comprometidos en favor de los derechos humanos, la democracia secular y una sociedad pluralista, deben trabajar por la unidad y la diversidad, y permanecer juntos contra las fuerzas fascistas que se empeñan en destruir nuestro país por sus propios intereses creados», añadió monseñor Concessao.
Dirigiéndose a los directores de las escuelas cristianas, en Delhi el 9 de mayo, el arzobispo afirmó que «la primera tarea ante nosotros es hacer consciente a la gente de la manera en que la tradición está siendo sistemáticamente corroída».
«Una buena educación a todos los niveles debe ser la máxima prioridad –aclaró–. Sin los valores humanos básicos de la justicia y la igualdad, libertad y solidaridad no se puede construir armonía comunal, ni paz. Todas nuestras instituciones educativas por tanto deben emprender este proyecto como una parte esencial de la educación en un situación de emergencia».
Expresando su seria preocupación y temor de que Gujarat pueda contagiar a otras partes del país, hizo una pregunta a todos los ciudadanos: «¿No ha enseñado el nazismo al mundo las terribles consecuencias para la gente si el gran experimento de Gujarat no se detiene? Mientras todos los informes señalan con el dedo la complicidad del estado en la operación de limpieza étnica de Gujarat, la voz de defensa sólo puede ser oída por el Estado y el Gobierno central».
El arzobispo concluyó afirmando: «Debemos creer firmemente en la divina Providencia. Mediante nuestras oraciones, continuaremos pidiendo a Dios que el sentido común prevalezca entre la gente y que una paz duradera pueda regresar a Gujarat».
Un equipo de médicos, organizado por la Comisión de Salud de la Conferencia Episcopal de India, se ha trasladado desde Delhi hasta Gujarat para ayudar a superar el trauma mediante ayuda psicológica.