CIUDAD DEL VATICANO, 20 junio 2002 (ZENIT.org).- Cristianos de las diferentes confesiones, budistas, musulmanes, judíos, budistas… Los representantes de las principales religiones del mundo se reunieron la semana pasada en el Vaticano para estudiar cómo pueden promover su colaboración tras la Jornada de oración de líderes religiosos por la paz del 24 de enero pasado.
El encuentro, que tuvo lugar en la sede del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, concluyó con un compromiso, según revela el cardenal Francis Arinze, presidente de ese organismo vaticano: el diálogo no debe quedarse en acontecimientos como el de Asís.
«Esta colaboración podría concretarse asumiendo la forma de un organismo que ofrezca sugerencias a nuestro Consejo Pontificio y a personas de diversas religiones para promover iniciativas simbólicas a favor de la reconciliación, de los grandes valores que llevan a la justicia, a la paz, especialmente allí donde más se sufre», explica el purpurado nigeriano en declaraciones a Radio Vaticano
«La discusión mostró que las personas de las demás religiones quieren seguir por el camino que promueve la Santa Sede: ayudar a este mundo a ser mejor; afirmar que la religión no puede ser nunca pretexto para la tensión o la violencia», sigue revelando Arinze.
«La religión tiene que alentarnos, por el contrario, a dirigir nuestra mirada y nuestra atención a Dios y a nuestro prójimo: esta es la importante dimensión horizontal. El camino que seguimos durante las sesiones de estos días ha sido precisamente éste», concluye el cardenal.