CIUDAD DEL VATICANO, 25 junio 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha alertado ante el peligro de que el llamado «ecoturismo» se convierta en una nueva forma de «abuso y discriminación».
La advertencia pontificia se expresa en el mensaje escrito con motivo de la XXIII Jornada Mundial del Turismo, que se celebrará el próximo 27 de septiembre.
En el documento, publicado este martes, Juan Pablo II explica que «se está afirmando una nueva sensibilidad, comúnmente conocida con el nombre de «ecoturismo». En sus presupuestos es ciertamente buena –reconoce–. Pero hay que vigilar para que no se desnaturalice, convirtiéndose en vehículo de abuso y discriminación».
«Si se promueve la tutela del ambiente como fin en sí mismo, se corre el riesgo de que nazcan formas modernas de colonialismo que podrían dañar los tradicionales derechos de las comunidades residentes en un determinado territorio», aclara el obispo de Roma.
«Se convertiría de este modo en un obstáculo a la supervivencia y al desarrollo de las culturas locales y se sustraerían recursos económicos a la autoridad de los gobiernos locales, primeros responsables de los ecosistemas y de la rica biodiversidad presente en los respectivos territorios», aclaró.
«Toda intervención en un área del ecosistema no puede prescindir de tomar en consideración las consecuencias que de ella se derivan en otras áreas y, más en general, los efectos que tendrá sobre el bienestar de las generaciones futuras», advierte el mensaje.
«El ecoturismo lleva en general personas a lugares, ambientes o regiones cuyo equilibrio natural necesita una atención constante para no quedar comprometido», constata el Papa, por lo que pide «estudios y controles rigurosos orientados a armonizar el respeto de la naturaleza con el derecho del hombre a su desarrollo personal».