LAHORE, 18 julio 2002 (ZENIT.org).- Un cristiano desequilibrado mental ha sido condenado a muerte por blasfemia este jueves en Lahore (capital de la provincia de Punjab, Pakistán).
Según la acusación del fiscal, Anwar Kenneth, de 40 años, ha afirmado ser la reencarnación de Jesucristo y ha descrito el Islam como una «religión falsa».
Kenneth, ex funcionario público, ha rechazado toda asistencia legal y se ha declarado culpable.
Cristianos comprometidos en la defensa de los derechos humanos han afirmado que el acusado padece serios problemas psíquicos y que debería haber sido atendido por un médico y no presentado ante un tribunal.
Kenneth, que fue arrestado el año pasado en Lahore después de que hiciera sus acusaciones contra el Islam en una carta enviada a líderes islámicos locales. En el documento también se proclama nuevo salvador de la humanidad.
Los representantes de la Iglesia católica llevan pidiendo desde hace años la abolición de la ley sobre la blasfemia que prevé la pena capital para quien insulta al profeta Mahoma o a su religión.
La normativa, introducida en 1986, prevé encarcelar al presunto blasfemo en virtud de declaraciones presentadas por cualquier ciudadano. Al tratarse de declaraciones orales, es muy difícil para los acusados probar su inocencia. La ley, con frecuencia, se utiliza para ajustar cuentas con enemigos personales.
Llegado al poder con un golpe de Estado incruento, en octubre de 1999, el presidente paquistaní Pervez Musharraf propuso en mayo de 2000 mitigar la ley sobre la blasfemia; sin embargo, una revuelta popular le obligó a dar marcha atrás.
En Pakistán viven unos 5 millones de cristianos en una población de unos 145 millones de musulmanes, en su mayoría suníes.