NAIROBI, 4 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Los obispos de Sudán han aplaudido y hecho aclaraciones sobre el acuerdo de Machakos, que busca alcanzar la paz entre el Gobierno de Sudán y la guerrilla del Ejército/Movimiento de Liberación Popular de Sudán (SPLM/A, según sus siglas en inglés).
El Protocolo, que fue firmado por líderes religiosos el 2 de agosto en Entebbe (Uganda), fue analizado por los prelados durante la asamblea plenaria anual que celebraron del 19 al 31 de agosto.
En primer lugar, afrontaron la cuestión de los derechos religiosos basados en la dignidad humana, según informa CISA (servicio católico de información africano). En este sentido afirman que las partes estuvieron de acuerdo en el respeto del derecho al culto o asamblea para la liturgia religiosa.
Los prelados urgen a que estos derechos sean claramente reconocidos, fundamentándose en la dignidad humana y citan el Concilio Vaticano II, que declara que «la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa, está basada en la verdadera dignidad de la persona humana».
Otro punto, digno de atención, según la Conferencia Episcopal de Sudán, es el de los problemas relativos a las minorías. En este sentido, expresan su preocupación por la imposición de la sharia, ley islámica, y afirman que no puede ser impuesta en el norte del país a los no musulmanes.
En tercer lugar examinaron la noción de unidad. Sugieren a este respecto que, basarse en una futura constitución y legislación sobre la dignidad de la persona humana es un medio fácil para promover el bienestar de todos los sudaneses. De lo contrario, hacer de la sharia la fuente de la ley pondría en peligro la unidad del país.
Por último, recuerdan los prelados que es necesario un debate libre y abierto. Indican que la historia de acuerdos pasados ha hecho que nuestro pueblo dude a la hora de adherirse plenamente al Protocolo de Machakos.
Por eso recomiendan que los pasos que se den aseguren que lo acordado se cumpla y piden que se mantengan debates libres, responsables y abiertos entre el Gobierno y la guerrilla del SPLM/A que incluyan al pueblo sudanés en su desarrollo e implementación hacia la paz, de manera que el proceso no traicione de nuevo al pueblo sudanés.
El Gobierno sudanés y el SPLM/A están enzarzados en un conflicto armado desde 1983, cuando el ex presidente Gaafar Nimeiry instauró la sharia (ley islámica). La contienda, entre el norte arabe-musulmán y el sur de mayoría animista y cristiana, ha causado entre un millón y millón y medio de muertos y por lo menos cuatro millones de desplazados, según fuentes humanitarias.