CIUDAD DEL VATICANO, 6 septiembre 2002 (ZENIT.org).- La Santa Sede no ha expresado ninguna reserva al Plan de Acción adoptado por la Conferencia para el Desarrollo Sostenible convocada por las Naciones Unidas del 26 de agosto al 4 de septiembre en Johannesburgo.
Sin embargo, la Iglesia ha expresado su pesar al constatar que se ha eliminado de las premisas del documento el Primer Principio de la Declaración de la Conferencia de Río de Janeiro de 1992 en el que se afirma que el ser humano constituye el centro del desarrollo.
Así lo ha revelado el arzobispo Renato R. Martino, jefe de la Delegación vaticana en la Cumbre, y observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones en declaraciones concedidas este jueves a «Radio Vaticano».
Un capítulo muy controvertido sobre el acceso a la salud irrumpió en la noche del domingo al lunes en la recta final de las negociaciones de la Cumbre de la Tierra y estuvo a punto de obstaculizar un acuerdo global, pues se refería a temas tan sensibles como los métodos anticonceptivos y el aborto.
Un párrafo del «Plan de acción» de 70 páginas, principal documento de la conferencia, pedía «reforzar los medios de que disponen los sistemas de salud pública para brindar a todos servicios sanitarios básicos eficaces (…) respetando las legislaciones nacionales y los valores culturales y religiosos».
Canadá solicitó el domingo que los ministros reexaminaran el párrafo, argumentando que había sido objeto de un acuerdo precipitado en Bali durante la última reunión preparatoria de la Cumbre en junio, limitando el efecto de las decisiones internacionales.
Al ver que la propuesta de remoción del enunciado no prosperaría, los canadienses, apoyados por la Unión Europea, pidieron simplemente añadir: «y conforme a todos los derechos humanos y libertades básicas».
Se pudo alcanzar así el consenso. Estos derechos humanos, según algunas delegaciones, pueden ser interpretados de forma que se incluyan el acceso al aborto. Ahora bien, se trata aquí ya de interpretaciones que no aparecen en el documento.