Rehenes en Moscú: Alivio, pésame, oración y esperanza de la Iglesia católica

Mensaje del presidente de la Conferencia episcopal, monseñor Kondrusiewicz

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MOSCÚ, 27 octubre 2002 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación el mensaje del arzobispo metropolita de Moscú, Tadeusz Kondrusiewicz, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia, sobre la liberación de rehenes en Moscú.

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Al experimentar junto a todos nuestros compatriotas un sentido de alivio a causa de la liberación de centenares de rehenes apresados por los terroristas en Moscú, los católicos de Rusia expresan su propio dolor por los que no han podido vivir este momento feliz, y expresan su sentido pésame a todos aquellos que han sido golpeados por esta grave pérdida.

Hoy en las parroquias católicas rusas se elevan oraciones al Señor misericordioso por el eterno descanso de las almas de los caídos, por el consuelo de sus parientes y amigos, por una rápida curación de los heridos, por el restablecimiento espiritual de aquellos que han vivido una experiencia de tan terrible maldad, así como por la paz y la comprensión recíproca en Rusia.

Al expresar nuestro profundo pesar por el hecho de que todos los llamamientos e iniciativas de los representantes de las autoridades, de las personalidades públicas y de los líderes religiosos que buscaban alcanzar una solución pacífica del conflicto no hayan sido escuchados, hacemos de nuevo un llamamiento a los ciudadanos para que conserven la serenidad y la moderación, para que no den cauce suelto a las emociones, evitando venganzas suscitadas por el propio dolor contra hermanos y hermanas inocentes de otra nacionalidad o fe.

Nos dirigimos a los ciudadanos rusos, personas de diferentes etnias y religiones, a los que detentan el poder civil y a las autoridades espirituales para pedirles que hagan todo lo posible para no permitir una escalada de tensión en la sociedad tanto a nivel político, como religioso o étnico.

¡Que el Altísimo ilumine a quienes se sienten turbados, fortalezca a quienes sufren, y bendiga todos los esfuerzos orientados al establecimiento de la concordia, de la convivencia y de la comprensión recíproca!

¡Que el único Creador nos dé a todos nosotros la sabiduría y la esperanza, proteja a la Patria de convulsiones semejantes y nos guíe por el camino de la paz y el bienestar!

Moscú, 26 de octubre de 2002

[Traducción al castellano realizada por Zenit]

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ZENIT Staff

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