ROMA, 30 octubre 2002 (ZENIT.org).- El historiador que mejor conoce los archivos secretos vaticanos relativos a las relaciones entre la Santa Sede y el régimen nazi califica de «excelente» la noticia de la próxima apertura de estos documentos.
El anuncio fue hecho este martes por el cardenal Jorge María Mejía, bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, quien confirmó que a partir del 1 de enero de 2005 la Santa Sede abrirá esta sección de sus archivos y reveló que a partir de 2003 ya se podrán consultar los documentos relativos a la nunciatura apostólica en Alemania, en la que trabajó el arzobispo Eugenio Pacelli, futuro Pío XII.
El padre Pierre Blet s.j., único superviviente del equipo de cuatro historiadores a quien Pablo VI pidió estudiar los archivos secretos vaticanos y publicar los documentos más importantes en doce volúmenes («Actas y documentos de la Santa Sede relativos a la Segunda Guerra Mundial»), considera que esta apertura servirá para arrojar luz sobre la labor de la Iglesia a favor de los judíos.
El padre Blet, francés, junto a los jesuitas Burkhart Schneider (alemán), Angelo Martini (italiano) y Robert A. Graham (estadounidense) ha dedicado casi toda su vida, desde los años sesenta a estudiar estos documentos. El primer volumen de las «Actas» fue publicado en 1965; el último en 1982.
«Durante todo el período de la segunda guerra mundial, la Santa Sede por orden precisa del Papa Pío XII se ocupó de los refugiados y de las personas que sufrían a causa del conflicto bélico», explica el historiador.
«Para ello se creó el servicio de Informaciones con el objetivo de recoger las peticiones de ayuda y tratar de buscar a los familiares de las personas desaparecidas en la guerra. Unos tres millones y medio de fichas fueron recopiladas por esta Oficina. Este trabajo, poco conocido, trajo enormes beneficios», aclara.
Pronto se publicarán todas estas informaciones en seis cd-rom, así como en un volumen de introducción y seis de acompañamiento.
«Esta labor ayudó en particular a judíos –añade el padre Blet–. En la sección alemana de la Oficina de Informaciones había una división especialmente dedicada a ellos. Esto se debió a que desde muchas partes del mundo llegaban peticiones para conocer la suerte de aquellos judíos que todavía se encontraban en Alemania».
«Entre 1941 y 1945, las peticiones relativas a personas judías fueron 102.026, mientras que las investigaciones concluidas por la Oficina vaticana fueron 36.877», aclara el padre Blet.
«La diferencia entre las peticiones y las noticias transmitidas se debe al hecho de que en Alemania no se podían utilizar los medios normales de investigación, pues de lo contrario se exponía a un riesgo todavía mayor a las personas sobre las que se investigaba», explica el sacerdote.
«A pesar de ello, en 1943 se pudo responder a 20.375 peticiones. En 1944 las investigaciones se hicieron mucho más difíciles», revela.
«Esta iniciativa editorial –concluye el padre Blet– es sumamente interesante pues permite conocer una parte importante de las actividades de ayuda que la Iglesia aportó a las poblaciones que sufrían y al mismo tiempo muestra la gran disponibilidad que existe por nuestra parte a poner a disposición todas las informaciones contenidas en los archivos».