Cáritas Internacional: Un bombardeo sobre Irak, catástrofe humanitaria segura

Una delegación del organismo constata la situación actual de la población

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ROMA, 6 noviembre 2002 (ZENIT.org).- Una guerra contra Irak representaría una catástrofe humanitaria que cubriría de vergüenza a toda la comunidad internacional. Es la conclusión que ha sacado Cáritas Internacional al finalizar la visita de una delegación propia al país de Sadam Huseín.

El organismo que coordina a las instituciones de ayuda de los episcopados católicos de todo el mundo –agrupa 154 organizaciones de asistencia, desarrollo y promoción social presentes en 198 naciones– ha publicado un documento en el que subraya que el conflicto debe evitarse a toda costa y que hay que hallar una solución pacífica que ponga fin a la controversia sobre las armas de destrucción masiva.

Tras comprobar con sus propios ojos la desastrosa situación humanitaria de la población iraquí, los enviados de Cáritas reprueban con mayor firmeza el uso de la opción militar.

«Los bombardeos y la invasión –explica Julian Filochowski, jefe de la delegación– exigirían un terrible precio, mucho mayor que el de la guerra del Golfo de 1991, no solo porque afectaría inevitablemente a las pobladas áreas urbanas, especialmente Bagdad, sino también porque la mejoría de las condiciones respecto a doce años atrás es aún muy débil».

El informe de Cáritas Internacional revela que entre 14 y 16 millones de iraquíes –dos tercios de los habitantes– dependen absolutamente de las raciones de alimentos repartidas mensualmente. Además, el sistema sanitario, el eléctrico y las instalaciones de agua son todavía inadecuadas a causa de las sanciones económicas.

El documento proporciona además estimaciones sobre el escenario del conflicto: el número de víctimas, en caso de ataque, oscilaría desde un mínimo de 10.000 muertos a un cifra diez veces mayor.

La delegación ha presenciado el tremendo sufrimiento de la población de un país en otro tiempo próspero: «Esta gente –añade Jacques Bertrand, de Cáritas Internacional– sigue luchando cada día por afirmar su propia dignidad, aún bajo la amenaza de invasión. La gente tiene miedo, es consciente de que sobre sus cabezas pende la espada de Damocles de un ataque militar». «La gente no quiere la guerra», apunta Filochowski.

Cáritas Internacional evalúa ahora las modalidades para proporcionar ayuda a Cáritas Irak a fin de preparar trece centros nutricionales distribuidos por todo el territorio, listos para funcionar como centros de primeros auxilios para la atención de heridos en caso de bombardeos.

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ZENIT Staff

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