MOSCÚ, 14 noviembre 2002 (ZENIT.org).- El viceministro de Exteriores del gobierno ruso ha calificado la creación de cuatro diócesis en Rusia como «inaceptable». Así se expresó durante un curso de formación para altas personalidades del clero ortodoxo.

Es la calificación que merece, en opinión del exponente del gobierno, la decisión de la Santa Sede de «dividir» el territorio de la Federación en cuatro diócesis, según recoge Agencia misionera MISNA .

Contra la iniciativa adoptada por Juan Pablo II se alinearon inmediatamente la Iglesia ortodoxa y el propio ejecutivo de Moscú.

Yuri Fedotov habría incluso informado al Vaticano de que algunos sacerdotes católicos «no son bienvenidos» en Rusia. La declaración, de hecho, apoya actitudes claramente «hostiles» del gobierno contra miembros del clero.

En los últimos meses, en efecto, han sido expulsados de Rusia cinco religiosos católicos, aparentemente sin motivos precisos. Entre ellos se encuentra monseñor Jerzy Mazur, obispo de la diócesis de San José de Irkutsk (Siberia oriental).

«Nuestra postura es clara --afirmó el viceministro— y hemos mostrado a la Santa Sede que su conducta era inaceptable».

El conflicto ha producido una importante fisura entre la Iglesia católica y las autoridades de Moscú. Juan Pablo II se vio obligado a pedir explicaciones al propio presidente ruso, Vladimir Putin.

La respuesta ofrecida por el líder del Kremlin, a tres meses de distancia, no ha sido satisfactoria según la jerarquía católica de la capital rusa, dificultándose más las ya complicadas relaciones con la Iglesia ortodoxa de Rusia.