La propuesta ha sido presentada por el arzobispo Michael L. Fitzgerald, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso desde el 1 de octubre pasado, en un mensaje enviado con motivo del final del Ramadán, publicado por la Sala de Prensa de la Santa Sede.

Con el título «Cristianos y musulmanes por los caminos de la paz» el mensaje considera que «Las situaciones de guerra constituyen una herida abierta en el corazón de la humanidad, sobre todo los conflictos que duran desde hace tiempo, en Oriente Medio o en África o en Asia».

Tras reconoce que «las causas de los conflictos tienen con frecuencia su origen en el corazón de los seres humanos que rechazan abrirse a Dios», el mensaje vaticano asegura: «Si conocemos bien las causas profundas de las guerras, debemos buscar sobre todo las vías de la paz».

«Como creyentes del Único Dios, somos conscientes de nuestro deber de tratar de instaurar la paz --sigue diciendo--. Cristianos y musulmanes creemos que la paz es antes que nada un don de Dios y por eso nuestras respectivas comunidades rezan por la paz y están siempre llamadas a hacerlo».

El arzobispo británico asegura que «a la hora de obtener la paz y mantenerla, las religiones pueden desempeñar un papel importante que la sociedad civil y los gobiernos de los Estados les reconocen hoy más que nunca».

En particular, señala, las religiones pueden contribuir de manera especial a través del campo de la educación.

«Estamos convencidos de que las vías de la paz pasan por la educación --insiste--. Gracias a esta última, la persona es capaz de reconocer la propia identidad y la del otro. La educación a la paz comporta igualmente el conocimiento y la aceptación de las diversidades».

Por último confiesa la satisfacción de los católicos al «ver crecer, en numerosos países, la colaboración entre cristianos y musulmanes en este ámbito, sobre todo por lo que concierne a una revisión objetiva de los textos escolares».