El pontífice presentó su reivindicación este domingo, al final de su encuentro dominical con los peregrinos con motivo de la oración mariana del «Angelus», al recordar que en ese día la Iglesia en Francia recordaba de manera particular a las víctimas de los accidentes del carretera.

«Al pedir al Señor que acoja en su amor a todos los que han muerto trágicamente en accidentes de tráfico --afirmó el Santo Padre--, confío a la ternura de Nuestra Señora a los numerosos heridos, que con frecuencia quedan afectados de manera duradera, así como a sus familias, y hago un llamamiento a la solidaridad de todos».

«Pido por último insistentemente a los automovilistas que respeten a los demás, aceptando ser prudentes y responsables a la hora de conducir».

El pasado domingo, monseñor Michel Dubost, obispo de Evry-Corbeil, hizo un llamamiento con motivo de esta jornada, que se convirtió en un lema: «El cristiano no puede conducir como si no lo fuera».

Cardenal Rouco: Sin Dios, la sociedad no puede ir bien

MADRID, 17 de noviembre de 2002 (ZENIT.org).- «Una sociedad en la que no haya sitio para dar culto a Dios no va a ir bien. Unos cristianos a los que no les importe que haya o no espacio para dar culto a Dios estarán fracasando». Este ha sido el principal mensaje del arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, en la homilía de la Eucaristía celebrada este domingo en el marco del IV Congreso Católicos y Vida Pública.