El nuncio apostólico en España recuerda el reto para la vida consagrada

MADRID, 27 noviembre 2002 (ZENIT.org).- El reto y quehacer principal de la vida consagrada es, antes que las obras exteriores, hacer presente a Cristo en el mundo mediante el testimonio personal. Así lo recordó en su momento la Exhortación Apostólica «Vita Consecrata» de Juan Pablo II.

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Es precisamente el desafío que el nuncio apostólico en España, monseñor Manuel Monteiro de Castro, lanzó a la última reunión de superiores y superioras provinciales con motivo de la IX Asamblea General de la Conferencia Española de Religiosos, según informó IVICON.

La vida consagrada, «cuanto más se deja conformar a Cristo, más lo hace presente y operante en el mundo para la salvación de los hombres», dijo aludiendo de nuevo al documento pontificio.

«El testimonio de nuestra vida entusiasta, totalmente entregada a Dios al servicio del Reino que Jesucristo predicó –insistió monseñor Monteiro–, es la gran aportación que estamos llamados a ofrecer a nuestros contemporáneos».

Los consagrados son «discípulos amados de Cristo». Como tales, están «llamados a conocerle cada vez mejor, a configurarse con Él y a anunciarle», explicó el nuncio de Su Santidad.

Como expresiones concretas de esta consagración, destacó el amor mutuo y el testimonio personal. «Cada uno de nosotros está llamado a producir fruto, a ser fermento, levadura de un mundo mejor, llevando a la familia, al país y al mundo el mensaje del Maestro, conscientes de que es el valor más precioso que podemos ofrecer», subrayó.

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ZENIT Staff

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