ROMA, 26 enero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II lanzó este sábado un llamamiento a todos los cristianos, católicos, ortodoxos y protestantes, a «servir a la paz y la reconciliación, la justicia y la solidaridad, especialmente al lado de los pobres y de los últimos de la tierra».
El Pontífice cerró así, en la basílica de San Pablo Extramuros, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
«El tema de la paz, que sigue siendo más urgente que nunca, interpela de manera particular a los discípulos de Cristo, Príncipe de la Paz, y constituye un desafío y un compromiso para el movimiento ecuménico», afirmó.
En las Vísperas solemnes de carácter ecuménico, el pontífice reconoció que el camino hacia la unidad plena entre los cristianos experimenta «dificultades, problemas y desilusiones».
Pero, añadió, «el Espíritu Santo no deja de sorprendernos y sigue realizando extraordinarios prodigios».