MADRID, 18 marzo 2003 (ZENIT.org).- Tener sobre los hombros la responsabilidad de formar a 143 futuros sacerdotes no es tarea sencilla. Pero es la labor que desempeña el padre Andrés García de la Cuerda, rector del seminario conciliar de Madrid, el más numeroso de España.
Con motivo del Día del Seminario, que se celebra el próximo día de San José (19 de marzo), el padre García de la Cuerda ha asegurado a Zenit que «los valores sociales que “cotizan” al alza están muy lejos de la entrega sacrificial del servicio a Dios».
–¿Por qué ese desfase entre algunos seminarios en toda Europa que están llenos y otros vacíos?
–Andrés García de la Cuerda: Ciertamente, la escasez de vocaciones es hoy una preocupación importante para una gran mayoría de Iglesias particulares de nuestro entorno. El ambiente cultural, que a todos nos afecta, no facilita el que la llamada del Señor sea escuchada. No está de moda ser sacerdote, y los valores sociales que «cotizan» al alza están muy lejos de la entrega sacrificial de la vida en el servicio a Dios y a los hermanos. Por otra parte, todos los miembros de las Iglesias –también los sacerdotes– debemos interrogarnos sobre qué vida cristiana vivimos y testimoniamos que no promueven vocaciones de radical entrega al Señor. Si, además, tenemos en cuenta la disminución de la población joven, sobre todo en algunas diócesis con una progresiva despoblación, el fenómeno de la escasez de vocaciones puede explicarse.
–Su seminario es uno de los más numerosos de España. ¿A qué se debe? ¿Qué «técnicas» emplean para conseguir vocaciones?
–Andrés García de la Cuerda: El tener un número significativo de seminaristas es, ante todo, un don de Dios, que debemos agradecer. Sin embargo, aún cuando el Seminario de Madrid sea relativamente numeroso, todavía es insuficiente para salir al paso de las necesidades de la misión en el próximo futuro, y la ayuda solidaria a otras Iglesias. ¿Razones del número? Obviamente el dinamismo cristiano de no pocas familias, parroquias y movimientos de la Iglesia madrileña en donde se cultiva la vida cristiana con esmero. También la irradiación vocacional de los actuales seminaristas y sacerdotes, sobre todo jóvenes. Y, sin duda, la oración constante al «Dueño de la mies» de tantos hermanos y hermanas, para que «envíe obreros a su mies», según nos exhorta el Señor.
–Durante muchos años, en numerosos seminarios impartían clases profesores que enseñaban doctrina que estaba claramente fuera del Magisterio eclesial. ¿Ha pasado ya esa época?
–Andrés García de la Cuerda: No estoy de acuerdo con esa afirmación tan genérica y contundente sobre la ortodoxia de la enseñanza teológica en el pasado en los seminarios. Éstos se encuentran de forma muy directa y cercana bajo el cuidado pastoral de los respectivos obispos, que han velado y velan por la recta enseñanza de la Teología. En los pocos casos que conozco, y que han podido incurrir en algún tipo de desafección eclesial, ha intervenido oportunamente el ministerio episcopal, que es quien tiene la competencia para discernir y, en su caso, corregir las eventuales desviaciones.
–¿Cuál es el perfil de los jóvenes que ingresan hoy en el seminario?
–Andrés García de la Cuerda: No es fácil establecer un perfil común para los jóvenes que hoy acceden al seminario, al menos en lo que al de Madrid se refiere, por la pluralidad de biografías, edades, procedencias y experiencia previa humana y cristiana. A manera de común denominador señalaría que, obviamente, son hijos de su tiempo, con las virtudes y contradicciones de los jóvenes de hoy. La gran mayoría vienen al seminario con estudios universitarios iniciados, y, bastantes con la carrera terminada e, incluso, con alguna experiencia profesional. Desde una vida cristiana previamente cuidada, desean consagrarse como sacerdotes al servicio de Cristo, de su Iglesia y de todos los hombres, desde una clara dedicación a la misión de la Iglesia, y en fidelidad a ella y a sus pastores.
— La formación que se imparte en los seminarios, ¿está actualizada? Es decir, a los futuros sacerdotes ¿se les enseña algo sobre los medios de comunicación, sobre cómo trabajar con jóvenes y demás temas de actualidad?
–Andrés García de la Cuerda: La «partitura» de la formación sacerdotal, común para todos los seminarios españoles, está redactada en el «Plan de Formación Sacerdotal para los Seminarios Mayores» de la Conferencia Episcopal, actualmente vigente. Bajo la cercana solicitud pastoral de nuestro arzobispo, el cardenal Rouco Varela, el seminario de Madrid la interpreta siguiendo sus orientaciones, y con el ritmo que marca la pastoral de la Iglesia en una gran ciudad. En la aplicación del plan de formación, nos preocupa ante todo lo sustantivo: la configuración de los seminaristas con Cristo Sacerdote y Pastor, a través de una formación integral que cultiva las dimensiones humana, espiritual, intelectual y pastoral, vividas en régimen de vida comunitaria. Como es natural, procuramos que todo el proceso educativo esté en consonancia con las circunstancias actuales de la Iglesia y del mundo al que los futuros sacerdotes servirán un día con su trabajo pastoral. En este sentido, además de participar en las actividades universitarias de la Facultad de Teología «San Dámaso», y a título de ejemplo, los seminaristas publican su propia revista trimestral «Seminario de Madrid», mantienen un taller de cine, y organizan tertulias periódicas para estar al día en temas sociales, políticos, culturales, etc.