El domingo pasado, el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, subrayó esta circunstancia al comenzar su homilía durante la celebración eucarística en la catedral metropolitana.
El purpurado viajó recientemente a Roma para participar en la asamblea plenaria de la Comisión Pontificia para América Latina.
En ese contexto, según recuerda el cardenal Rivera, el Papa recordó además su reciente visita a México –el pasado mes de julio–, donde canonizó a Juan Diego y beatificó a los mártires de Oaxaca.
«Desde que peregriné por primera vez al espléndido Santuario Guadalupano el 29 de enero de 1979, Ella ha guiado mis pasos en estos casi 25 años de servicio como Obispo de Roma y Pastor Universal de la Iglesia», dijo el Papa el pasado jueves ante los participantes.
«A Ella, camino seguro para encontrar a Cristo, y que fue la Primera Evangelizadora de América, quiero invocar como “Estrella de la Evangelización” confiándole la labor eclesial de todos sus hijos e hijas de América», añadió.
El arzobispo primado de México manifestó además que todos los presentes pudieron comprar la mejoría del estado de salud del Papa.