La Eucaristía, «resquicio del cielo que se abre sobre la tierra»

Algunas de las definiciones ofrecidas por «Ecclesia de Eucharistia»

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CIUDAD DEL VATICANO, 17 abril 2003 (ZENIT.org).- «Ecclesia de Eucharistia», la última encíclica publicada por Juan Pablo II, se caracteriza por el estilo personal con el que este Papa presenta la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

Algunas de las definiciones que hace el Papa de la Eucaristía, que a continuación presentamos, así lo demuestran.

* * *

–«Verdaderamente la Eucaristía es «mysterium fidei», misterio que supera nuestro pensamiento y puede ser acogido sólo en la fe» (n. 15).

–«La Eucaristía es verdadero banquete, en el cual Cristo se ofrece como alimento» (N. 16).

–«La Eucaristía es tensión hacia la meta, pregustar el gozo pleno prometido por Cristo» (N. 18).

–La Eucaristía, «es, en cierto sentido, anticipación del Paraíso y «prenda de la gloria futura» […] Quien se alimenta de Cristo en la Eucaristía no tiene que esperar el más allá para recibir la vida eterna: la posee ya en la tierra como primicia de la plenitud futura, que abarcará al hombre en su totalidad» (N. 18).

–«La Eucaristía es verdaderamente un resquicio del cielo que se abre sobre la tierra» (N. 19).

–«Es un rayo de gloria de la Jerusalén celestial, que penetra en las nubes de nuestra historia y proyecta luz sobre nuestro camino» (N. 19).

–«La Eucaristía es la fuente y, al mismo tiempo, la cumbre de toda la evangelización, puesto que su objetivo es la comunión de los hombres con Cristo y, en Él, con el Padre y con el Espíritu Santo» (N. 22).

–«La Eucaristía es un tesoro inestimable; no sólo su celebración, sino también estar ante ella fuera de la Misa, nos da la posibilidad de llegar al manantial mismo de la gracia» (N. 25).

–«Si la Eucaristía es centro y cumbre de la vida de la Iglesia, también lo es del ministerio sacerdotal. Por eso, con ánimo agradecido a Jesucristo, nuestro Señor, reitero que la Eucaristía es la principal y central razón de ser del sacramento del sacerdocio, nacido efectivamente en el momento de la institución de la Eucaristía y a la vez que ella» (N. 31)

–«Puesto que la Eucaristía es misterio de fe, que supera de tal manera nuestro entendimiento que nos obliga al más puro abandono a la palabra de Dios, nadie como María puede ser apoyo y guía en una actitud como ésta» (N. 54).

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ZENIT Staff

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