Domingo fue aclamado con una larga ovación por los presentes en el teatro de las Musas de Ancona, entre los que se encontraban eminentes representantes de las tres religiones monoteístas: prelados católicos, así como responsables judíos y musulmanes.
El solista, acompañado por la Orquesta filarmónica de la región de Ancona, aceptó repetir totalmente la composición, algo que no es nada común en un concierto de música religiosa, según han subrayado los críticos.
El canto, llevado a la música por el compositor milanés Marco Tutino, se basa en la imploración de paz pronunciada por Juan Pablo II el 24 de enero de 2002, durante la Jornada de oración por la paz de líderes religiosos, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
«Es un medio para dar a conocer mejor el pensamiento del Papa sobre la paz», comentó el cardenal Sergio Sebastiani, presidente la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede.
«El Espíritu de Asís revive», comentaba el padre Vincenzo Coli, custodio de la Basílica de San Francisco de Asís.
El «Canto de paz» había sido precedido por composiciones musicales religiosas de Vivaldi, Mozart, Schubert, que formaban un concierto titulado «Música de esperanza».
