«Comienza mañana el mes de mayo, consagrado a la Virgen –afirmó al final de la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano–. Comienza con la fiesta de san José obrero».
«A la Virgen Santísima, y especialmente a su casto esposo José, confiamos hoy en particular el mundo del trabajo. Él, que conoció el cansancio del trabajo cotidiano, sea ejemplo y apoyo para quienes con su actividad afrontan las necesidades de la familia y de toda la comunidad humana».