CIUDAD DEL VATICANO, 11 junio 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II se hizo presente este miércoles en la inauguración de la «Mitteleuropäischer Katholikentag 2003» (Jornada Católica Centroeuropea), celebrada en Viena, con un mensaje en el que subraya la aportación que ofrece el cristianismo a la unidad europea.
Con el lema «Cristo, esperanza de Europa», la histórica catedral de San Esteban congregó a representantes de toda Austria y de Bosnia-Herzegovina, Croacia, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, República Checa y Hungría.
El pontífice, en su carta enviada al cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, espera que la iniciativa ayude a los cristianos centroeuropeos a «colaborar pacientemente en la curación de las heridas de la infeliz división del continente y a contribuir de este modo con dinamismo a la construcción de la gran casa común europea».
«Es necesario que Europa redescubra y testimonie su identidad cristiana para promover esos valores sobre los que se fundan la paz entre los pueblos, la justicia social y la solidaridad internacional», afirma la misiva.
«Si Europa quiere ser un conjunto armonioso de seres humanos y pueblos que viven con respeto profundo y benevolencia mutua, Cristo debe animar este continente», añade.
El Katholikentag centroeuropeo continuará los próximos meses con celebraciones litúrgicas, vigilias de oración, simposios, encuentros para jóvenes que tendrán lugar no sólo en Austria, sino también en los demás países participantes, para concluirse conjuntamente el 22 y 23 de mayo de 2004 con una gran peregrinación al Santuario de Mariazell, en Austria.
Con este motivo, obispos han invitado al Papa a regresar a Austria, informa Radio Vaticano.