La noticia fue confirmada ese mismo día por Joaquín Navarro Valls, portavoz de la Santa Sede, quien en un comunicado de prensa.

El fallecido, explica el director de la Oficina de Información vaticana, es Costantino Marchionni, de 52 años, quien «cayó del andamio móvil en el que trabajaba junto a otro albañil, desde una altura de 3,5 metros».

«Este último ha sufrido ligeras contusiones como consecuencia de la caída, mientras las lesiones internas de Marchionni eran graves y, a pesar de la intervención inmediata de las unidades móviles de reanimación y los cuidados de los trabajadores de los Servicios Sanitarios del Vaticano y del Hospital del Espíritu Santo, ha fallecido poco después, sin haber recobrado el conocimiento», aclara el comunicado.

Nada más tener noticia de lo ocurrido, acudieron al lugar de los hechos el sustituto de la
Secretaría de Estado, el arzobispo argentino Leonardo Sandri, junto otros responsables de los Servicios Técnicos y de la Gendarmería Pontificia, así como el presidente del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Los dos obreros trabajaban desde hace años para una empresa que se realiza obras en el Vaticano.