La propuesta forma parte esencial de la carta pastoral «Seréis mis testigos», presentada este lunes, con la que el guía de la arquidiócesis más grande de Europa, que tomó posesión de su sede hace un año, ilustra su plan trienal pastoral.

Tettamanzi considera que la evangelización impone a la Iglesia de hoy abandonar una pastoral rutinaria para afrontar una conversión misionera, que debe tener como protagonista la comunidad parroquial y, en su seno, cada creyente y realidad eclesial.

En este camino de renovación, el cardenal sugiere tres puntos decisivos: una celebración cualitativamente cuidadosa de la Eucaristía; la administración de los sacramentos en un contexto de fe celebrada, profesada y vivida, y; por último, la presencia coherente de los cristianos (en particular de los laicos) en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana.