ROMA, 21 septiembre 2003 (ZENIT.org).- La Santa Sede está dispuesta a convertirse en miembro a pleno título de las Naciones Unidas, según ha afirmado el cardenal Angelo Sodano, brazo derecho de Juan Pablo II en la guía del Vaticano.
«Según el derecho internacional, en teoría, no hay impedimentos para que la Santa Sede se convierta eventualmente en un miembro a pleno título de la Organización de las Naciones Unidas», afirmó el secretario de Estado vaticano este viernes en una conferencia.
«Esto no sería tampoco una novedad para la Santa Sede, si se tiene en cuenta el papel que desempeña en algunas agencias especializadas que pertenecen al sistema de las Naciones Unidas», aclaró en declaraciones publicadas al día siguiente por el diario italiano Avvenire.
En estos momentos la Santa Sede desempeña el papel de observador permanente de la ONU, lo que le permite tomar la palabra en los foros convocados por esta institución, pero no le da capacidad de voto.
Desde 1978, cuando comenzó el pontificado de Juan Pablo II, la Santa Sede ha entablado relaciones diplomáticas con 82 países, ampliando su número total en estos momentos a 174.
El cardenal Sodano, en la conferencia dictada en la sede del Banco Popular de la ciudad italiana de Sondrio, aclaró el carácter del papel de la Santa Sede en el escenario internacional: «La soberanía pontificia en el campo internacional no está determinada por su poder temporal».
«El derecho ya ha tomado acto de que la Santa Sede se enmarca dentro del ordenamiento internacional según su propio carácter espiritual», añadió.
En el desempeño de su labor «diplomática», reveló, los representantes de la Iglesia persiguen dos objetivos: la tutela y la promoción del legítimo bien de la Iglesia y el servicio a todos los hombres y a todos los pueblos, prescindiendo de su fe religiosa.
Por eso, la Santa Sede «no actúa con cálculos de fuerza económica, sino únicamente basándose en el poder de la persuasión y en la paciencia del diálogo».
«Por su naturaleza religiosa la Santa Sede subraya siempre la primacía de la paz. Por su naturaleza universal, sigue con preocupación todas las situaciones críticas del mundo. Y, por último, por su naturaleza humanitaria, insiste para que se tomen todas las medidas adecuadas a favor de las poblaciones civiles», indicó.
Por lo que se refiere a la situación actual en Irak, el purpurado lanzó un llamamiento: «Pedimos el compromiso de los iraquíes y de la comunidad internacional para que surja definitivamente una era de paz en Oriente Medio».