VIENA, 22 septiembre 2003 (ZENIT.org).- La Santa Sede reconoce que, si bien son necesarias las inspecciones de verificación de las armas nucleares, la mejor manera de eliminar su amenaza es a través de su desmantelamiento.
Así lo afirmó monseñor Leo Boccardi, representante vaticano en la Sesión de la Conferencia general de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) que tuvo lugar en la capital austríaca del 15 al 19 de septiembre.
«Es importante que la verificación se realice a través de inspecciones imparciales e internacionales, pues sólo de este modo se puede generar credibilidad y llegar a buenos resultados», reconoció el sacerdote quien alabó el trabajo realizado en este sentido por los inspectores de la ONU.
«De todos modos –añadió–, para hacer que el mundo sea más seguro no basta verificar la situación de las armas nucleares: necesitamos reforzar el proceso de desarme nuclear, incluyendo procesos reales en el desemantelamiento de armas nucleares»
Para realizar el ideal de la AIEA, sintetizado en el lema «Átomos por la paz», el representante vaticano propuso «recuperar el valor de la ley y de las instituciones que deberían ser capaces de garantizar su validez como camino más eficaz para prevenir conflictos».
Desde 1957, con motivo de la conferencia general de la AIEA, la misión permanente de la Santa Sede ante las instituciones de la ONU en Viena invitan a los embajadores y diplomáticos a participar en una misa. En esta ocasión, la eucaristía se celebró en conmemoración del vigesimoquinto aniversario del pontificado de Juan Pablo II.