CIUDAD DEL VATICANO, 24 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Ante la noticia de los problemas intestinales que impidieron este miércoles a Juan Pablo II participar en la audiencia general, su portavoz ha ofrecido informaciones que buscan tranquilizar a la opinión pública.
Joaquín Navarro-Valls ha querido tranquilizar a la opinión pública afirmando que «se ha tratado simplemente de una indisposición intestinal, que además no ha sido considerada como algo grave o demasiado seria».
«Ahora bien, como es normal, el médico personal del Papa le ha aconsejado que no viniera a la audiencia del miércoles», reconoce el director de la Oficina de Información vaticana.
«En la mañana el Papa no estaba en la cama –revela–. Entre otras cosas, envió un mensaje que pudo verse por televisión: el Papa estaba en su capilla en Castel Gandolfo y dirigió un saludo a los peregrinos».
En declaraciones a «Radio Vaticano», el portavoz ha confirmado que «todo el programa de actividades del Santo Padre, que a partir de ahora es bastante intenso, por el momento se mantiene inalterado».
Según esta agenda, el Papa debería regresar de la residencia pontificia de Castel Gandolfo a Roma, como suele suceder todos los años, el próximo viernes. Al día siguiente, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, debería presidir la misa de sufragio por sus predecesores, los Papas Pablo VI y Juan Pablo I.
El 7 de octubre, confirma el portavoz, debería tener lugar el viaje del Papa al Santuario de la Virgen de Pompeya (cerca de Nápoles) donde rezará el Rosario por la paz en el mundo.
Se mantiene también el programa de las celebraciones de su vigesimoquinto aniversario, que culminará el 19 de octubre con la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta.
«Por tanto, un programa bastante intenso y por ahora no hay ningún cambio», considera Navarro-Valls.
El portavoz recordó por último la invitación del cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, lanzada en la audiencia en la que sustituyó al Papa a rezar por él, pero aclaró: «por los datos que me ha ofrecido el médico del Papa, estas oraciones pueden hacerse con serenidad».
