NUEVA YORK, 27 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Quienes apoyan el matrimonio tradicional pueden encontrar respaldo en los nuevos datos que subrayan la importancia de la familia y los valores religiosos.
Un largo artículo de junio en la Population and Development Review lleva a cabo una recensión de la literatura de investigación sobre estos temas. La revista la publica Population Council, con sede en Nueva York, que no se destaca normalmente por su apoyo a los valores morales tradicionales.
El artículo de Linda Waite y Evelyn Lehrer establece inequívocamente: «Defendemos que tanto el matrimonio como la religiosidad en general tienen efectos positivos y de gran importancia». Entre las principales afirmaciones que, con cinco páginas de referencias bibliográficas, sostienen, se encuentran las siguientes:
–Las personas casadas tienen menos probabilidades que las solteras de sufrir una enfermedad o inhabilitación a largo plazo, y tienen porcentajes más altos de supervivencia ante cualquier enfermedad. Un número creciente de investigaciones también muestra una asociación entre implicación religiosa y mejora de la salud física.
–Casarse, y continuar casados con la misma persona, se asocia con una mejor salud mental. El matrimonio se asocia también con una mayor felicidad general. Mientras que la conexión entre salud mental y religión es más discutida, Waite y Lehrer establecen que los estudios sugieren una asociación positiva entre las dos.
–Una gran cantidad de literatura de investigación documenta que los hombres casados ganan salarios más altos que sus compañeros solteros. Aunque la relación entre religión y ganancias está aún por investigarse, el artículo observa que la religiosidad tiene un efecto positivo sobre los resultados educativos, una clave determinante de éxito en el mercado de trabajo.
–A los niños criados por sus propios padres casados les va mejor de media en una serie de datos: mortalidad infantil, salud, escolarización, y menos embarazos adolescentes. Los estudios también documentan que los estilos de vida imbuidos por una filiación religiosa resultan mejores para el bienestar de los niños. Y los chicos que son religiosamente activos parece que les va mejor en el colegio y logran evitar comportamientos peligrosos.
–La satisfacción emocional y física con el sexo es mayor para las personas casadas.
–Las parejas casadas tienen niveles notablemente inferiores de violencia doméstica.
Intentando explicar los factores causales que están detrás de estos resultados, Waite y Lehrer observan que tanto el matrimonio como la religión conducen a resultados positivos al proporcionar ayuda e integración sociales. También animan a comportamientos y estilos de vida sanos. Hay que notar que los beneficios del matrimonio se aplican a aquellos que hacen un compromiso de por vida. Tanto el divorcio como la cohabitación reducen significativamente los efectos positivos.
Rentabilidad
Un reciente estudio de la Heritage Foundation avanzó algunos datos sobre hasta qué punto es valioso el matrimonio en términos económicos. Las madres solas que se casan podrían ver un incremento de entre 10.199 y 11.599 dólares de ingresos medios familiares, afirma el analista de la Heritage Foundation, Patrick Fagan. Ha escrito un informe sobre el tema con otros investigadores de Heritage. El Washington Times informó sobre el estudio el 28 de mayo.
Los investigadores de Heritage afirmaban que esta nueva visión sobre el tema surge del estudio actualmente en curso: «Familias Frágiles y Bienestar del Niño». Este estudio de cinco años, llevado a cabo por investigadores de las universidades de Princeton y Columbia, ha envuelto a cerca de 4.700 nuevos padres solteros y con bajos ingresos.
El matrimonio tiene un impacto significativo para las madres solteras que no trabajan, explicaba el informe. Estas madres dependientes de la ayuda social que permanecen solteras vivirán en pobreza, puesto que los beneficios de la ayuda social raramente, si no nunca, sacan a una familia de la pobreza. «En contraste, si la madre se casa con el padre del niño, el porcentaje de pobreza cae dramáticamente un 35%», afirmaban los investigadores.
Y un estudio publicado el mes pasado en Dinamarca ponía de relieve las ventajas psicológicas de la vida familiar. Los adultos con hijos tienen menos probabilidades de suicidarse que aquellos que no los tienes, informaba Associated Press el 11 de agosto en su reportaje sobre el estudio. De igual manera, se descubrió que los niños pequeños añaden una defensa extra contra el suicidio en las mujeres. El estudio implicó a 18.611 personas en Dinamarca que se suicidaron desde 1981 a 1997.
«Se considera con toda probabilidad que la maternidad es con muchísima frecuencia un suceso positivo de la vida que puede prevenir que las personas pongan fin a sus vidas», afirmaban en el estudio los doctores Ping Qin y Preben Bo Mortensen de la Universidad de Aarhus en Dinamarca.
Los investigadores compararon los datos sobre las víctimas de suicidio y los de un grupo de control. Cerca del 47% de las víctimas de suicidio no tenían hijos, y menos del 23% tenían dos o más hijos. Sólo el 2% de las víctimas tenía un hijo menor de dos años.
Los resultados confirman algunos datos anteriores pero también «para los pies» a algunas presunciones existentes sobre el impacto de tener hijos, afirmaba el psicólogo David Clark del Rush-Presbyterian-St. Luke’s Medical Center de Chicago.
Por ejemplo, dado el predominio de la depresión posparto, que los expertos piensan que se da en al menos el 10% de los embarazos, se podría asumir que el suicidio sería más común entre los padres, especialmente las madres, afirmaba el Dr. Clark. Además «la gente piensa que tener un montón de hijos es económicamente estresante» y podría conducir a estrés mental o incluso a pensamientos de suicidio, afirmaba. Por el contrario, el estudio ha ilustrado la fortaleza de los lazos biológicos y psicológicos que se dan entre padres e hijos.
Oportunidad de mejora
Los datos del censo de Estados Unidos e Inglaterra muestran que queda mucho por hacer para mejorar la vida familiar. El Washington Times del 17 de junio subrayaba algunos de los resultados contenidos en el informe de la oficina del censo de Estados Unidos, «Children´s Living Arrangements and Characteristics: March 2002».
La oficina encontró que en el 2002 cerca del 69%, unos 49,7 millones, de los 72,3 millones de niños (menores de 18 años) de la nación vivían con los dos padres. Que esencialmente el porcentaje ha permanecido sin cambios desde principios de los 90. Pero 19,8 millones de niños están viviendo con un solo progenitor. De éstos, el 83%, 16,5 millones, vivían con sus madres.
Los datos del 2000 del censo de Estados Unidos mostraban que el número de parejas no casadas había subido en la anterior década, de 3,2 millones hasta 5,5 millones, informaba el 13 de marzo el New York Times. «Hay un aumento muy significativo en el número de hogares formados por parejas no casadas», declaraba Martin O’Connell, jefa de la sección de estadística sobre fertilidad y familia en la oficina del censo.
En el Reino Unido, el número de hogares formados por parejas casadas ha caído por primera vez por debajo del 50%, informaba el Times de Londres el 14 de febrero. Los datos del censo del 2001 que cubrían Inglaterra y Gales revelaron que la proporción de hogares casados cayó en picado del 55% hasta el 45% entre 1991 y el 2001. La proporción en 1981 era del 64%. En 1971 era del 68%.
Al mismo tiempo ha tenido lugar un constante aumento en el número de los no casados, personas solteras viviendo solas, parejas cohabitando y padres en solitario. Cerca del 22% de los niños por debajo de los 16 años viven actualmente en familias de un solo progenitor, con otro 11% viviendo con parejas en cohabitació
n.
Más recientemente, el Sunday Times de Londres informaba el 7 de septiembre sobre un estudio que demostraba que las madres solteras son más frecuentes en los países donde el estado proporciona muchas ventajas. «Los aumentos en el apoyo público a las madres solteras se asocian significativamente con un predominio mayor de madres que nunca se casaron o divorciadas», afirmaba la autora del estudio, Libertad Gonzalez de la Universidad Northwestern de Illinois.
Gonzalez analizaba los niveles de maternidad en soltería en 17 países occidentales y los comparaba con los niveles de ayudas estatales. Aumentar las ayudas conduce probablemente a más madres solteras.
Mientras tanto, continúan los esfuerzos en muchos países para minar el matrimonio y la familia. En Chile, el parlamento está considerando la legislación que podría introducir el divorcio por primera vez en dicho país. Canadá está preparando la legislación que reconozca las uniones del mismo sexo como una forma de matrimonio. Y en los Estados Unidos, quienes proponen las uniones del mismo sexo están a la espera del resultado de un proceso sobre el tema que está teniendo lugar en los tribunales de Massachussets. Otro caso está en curso en Nueva Jersey.
Si los tribunales y los legisladores tienen dudas sobre el mantenimiento del matrimonio tradicional, deberían prestar más atención a las conclusiones de los datos médicos y del censo.