Obispos argentinos piden que la democracia dé el paso a la madurez

Durante la 136º reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal del país

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BUENOS AIRES, 11 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Los 20 años que lleva Argentina viviendo en democracia exigen una reflexión, «pues muchas veces hemos tenido la sensación de vivir sólo en un marco de libertad al que le faltó un firme sustento en valores humanos y éticos», afirmó el miércoles el episcopado del país.

Durante la 136º reunión de la Comisión Permanente, los obispos de Argentina dieron a conocer el documento «Democracia: de la juventud a la madurez» con ocasión de que «el actual período de vida constitucional cumple veinte años».

«Este hecho es motivo de gratitud a Dios (…), que a lo largo de este tiempo ha inspirado y fortalecido a los argentinos, animándonos a afrontar nuestras hondas dificultades en un contexto de libertad y diálogo, dentro del marco de las instituciones», afirman los prelados.

Pero en su opinión, también es momento «de reflexión»: «veinte años en la vida de una persona es sinónimo de juventud. Esa misma imagen puede valer para nuestra democracia. Muchas veces hemos descubierto actitudes adolescentes y también hemos tenido la sensación de vivir sólo en un marco de libertad al que le faltó un firme sustento en valores humanos y éticos».

«Tal como lo hemos afirmado en los últimos años –advierten los obispos argentinos– nuestra democracia ha sido muchas veces más formal que real».

«Aún no hemos podido superar tantos signos negativos de injusticia e individualismo que hieren la convivencia e impiden construir el bien común», constatan.

Por ello, «queda mucho por trabajar para que nuestra libertad se fundamente cada vez más en la verdad, y se traduzca en mayor justicia y solidaridad».

En este sentido, «la dramática situación de los pobres y excluidos sigue siendo la mayor deuda de los argentinos».

En su documento, los prelados argentinos se comprometen «una vez más» –a través de la animación espiritual y del fortalecimiento ético— a que «esta democracia pase de la juventud a la madurez».

«Sigue siendo urgente definir políticas de Estado que reafirmen nuestras instituciones y permitan concretar la deseada renovación de nuestra dirigencia», concluyen.

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ZENIT Staff

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