YAKARTA, 19 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Las noticias de reorganización del terrorismo islámico están provocando un dispositivo de fuerte vigilancia para la celebración de la Navidad y de Año Nuevo en Indonesia.
El inspector jefe de la policía de Yakarta, Makbul Padmanagra, ha declarado que la amenaza de ataques terroristas es el mayor problema para la capital durante el período de vacaciones, recoge «AsiaNews».
El plan de seguridad lanzado por la policía implica el despliegue de 12.200 agentes –casi la mitad de todos los efectivos— para vigilar la capital del 24 de diciembre al 7 de enero.
El portavoz de las fuerzas del orden, Prasetyo, ha declarado que la operación «Lilin Jaya 2003» deberá garantizar las celebraciones sin problemas. La fuerza de la policía trabajarán en estrecha colaboración con los agentes privados de seguridad.
«Las mayores iglesias –puntualizó–, como la catedral católica, en el corazón de Yakarta, donde se registran las reuniones más numerosas, encabezan la lista de nuestras prioridades».
En la capital y en las zonas vecinas de Depok, Tangerang y Bekasi hay 647 iglesias. Además de éstas, la policía tiene el deber de vigilar centros comerciales, de ocio, hoteles y otros lugares frecuentados por el público.
En el país se encuentran en este momento Azahari y Noordin M. Top, dos malayos expertos en explosivos –recuerda la policía— y sospechosos de haber jugado un papel clave en el atentado del Hotel Marriot de la capital, el pasado 5 de agosto –murieron 14 personas–.
Estos sujetos pertenecen a la red terrorista regional de «Jamaah Islamiyah» (JI), considerada responsable del atentado de Bali que el año pasado costó la vida a más de 200 personas, la mayoría extranjeras.
La policía sostiene que JI está detrás de la serie de explosiones de iglesias ocurridas en la Navidad del 2000 en varias ciudades de Indonesia.
Indonesia tiene el número más elevado de musulmanes del mundo: unos 160 millones de 210. Si bien el gobierno del país es laico y respeta todas las religiones, se registran frecuentes estallidos de intolerancia religiosa, especialmente en las islas donde los cristianos son numerosos –Sulawesi, Molucas–, aunque Sumatra –con un 2-3% de cristianos— también ha vivido situaciones de auténtica persecución contra éstos.