CIUDAD DEL VATICANO, 22 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Ante las amenazas a la convivencia que siguen perfilándose en el horizonte, Juan Pablo II considera que el compromiso más urgente hoy es el de educar en la paz y testimoniarla.
Es la conclusión a la que llegó en el encuentro que este lunes mantuvo con sus colaboradores de la Curia romana con motivo de la inminente Navidad en el que repasó algunos de los acontecimientos más importantes vividos por la Iglesia y el mundo en el año 2003.
«¡Ser testigos de paz; educar en la paz!», dijo al final del discurso que les dirigió. Es un «compromiso más urgente que nunca para nuestra época, en la que se siguen adensando en el horizonte riesgos y amenazas para la convivencia serena de la humanidad».
Juan Pablo II ha dedicado algunos de sus discursos más significativos de este año a recordar el cuadragésimo aniversario de la encíclica «Pacem in terris» de Juan XXIII, documento que tuvo una importancia decisiva en plena guerra fría.
«La paz sigue siendo posible también hoy y, si es posible, es un deber», afirmó el Papa sintetizando el núcleo central del mensaje que ha escrito para la próxima Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia celebrará el 1 de enero.
«El Niño de Belén, al que nos disponemos a acoger en el misterio de la Navidad, traiga al mundo el don precioso de su paz», deseó el Santo Padre al despedirse de sus colaboradores.
