BAGDAD, 21 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Su Beatitud Emmanuel III Delly tomó posesión este domingo como patriarca caldeo lanzando un llamamiento a la unidad de todos los iraquíes, en momentos en los que los cristianos del país se plantean cuál es su futuro, preocupados por manifestaciones de fundamentalismo islámico.

El patriarca lanzó su llamamiento en la catedral de San José, en el centro de Bagdad, ante los cientos de fieles que llenaban el recinto sagrado. Entre ellos, había representantes y dignatarios religiosos suníes y chiíes.

La policía iraquí se había desplegado para garantizar la seguridad.

«Todos formamos una sola familia, la familia de los iraquíes», afirmó el nuevo patriarca dirigiéndose a los ciudadanos de todas las confesiones.
Monseñor Shlemon Wardouni, obispo auxiliar del patriarcado, al inciar la ceremonia, afirmó dirigiéndose al nuevo patriarca: «Rezamos a Dios para que le ayude a conducir su barca, en estos tiempos difíciles, hacia las costas de la paz».

El nuevo patriarca fue elegido por el Sínodo de los 22 obispos de la Iglesia caldea --en comunión con Roma-- el 3 de diciembre en el Vaticano.

Emmanuel III Delly --su nombre de bautismo es Emmanuel-Karim--, nacido en 1927, era hasta ahora arzobispo de Kaskar de los Caldeos.

Los cristianos en Irak son unos 800.000, en torno al 3 por ciento de la población. Entre ellos, los católicos caldeos constituyen más del 70%. En Bagdad se la comunidad caldea más numerosa, con más de 350.000 fieles.

En la liturgia caldea, el idioma oficial es el arameo (idioma hablado por Jesús). Dado que los fieles hablan normalmente árabe, la celebración de la liturgia es bilingüe. Hay comunidades caldeas de la diáspora en América, Europa y Oceanía.