CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 26 enero 2004 (ZENIT.org).- El presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, el cardenal Renato Martino, renovó el domingo pasado su empeño por defender a los pobres y oprimidos en los actuales contextos de injusticias y conflictos difundidos en el mundo.
«Compartir con los últimos los sufrimientos y la marginación impuesta a los más débiles por la civilización del consumo y por la opulencia de pocos» es una necesidad actual, y también la espiritualidad de San Francisco de Paula, reconoció el purpurado al tomar posesión de su titulo cardenalicio en la iglesia romana dedicada al gran santo calabrés en Via Cavour.
De hecho, San Francisco de Paula fue la conciencia crítica y doliente en el siglo XV de un pueblo empobrecido y voz de quienes carecían de voz, historia y libertad, así como «ejemplo admirable en la sociedad actual» porque «no temió alzar su voz denunciando abiertamente las malversaciones de los poderosos», reconoció monseñor Martino.
De tal forma, «el ejemplo de San Francisco de Paula se convierte para mí en un punto de referencia luminosísimo en mi nuevo camino de cardenal, responsable del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz», afirmó.
El purpurado renovó su compromiso por hacer suyo el ideal de defensa de los pobres y de los oprimidos que fue del santo calabrés: «Que puedan los humildes, los desheredados, los que sufren –expresó— hallar en nosotros y en la Iglesia la acogida que a menudo mendigan en otro lugar en vano».
«En los actuales contextos de injusticias, de guerras y de conflictos, serán la conversión y el amor los signos más elocuentes de renovación de la vida eclesial y de fecundidad evangélica», advirtió finalmente.