«La actualidad de la persecución de los cristianos es a menudo ignorada y a veces directamente suprimida», afirmó el purpurado trazando un mapa de los países del mundo en los que los cristianos sufren diferentes tipos de persecución.

Al analizar el fundamentalismo islámico y sus consecuencias, el prelado profundizó en la situación de los cristianos en el país africano, subrayando que «el caso de Nigeria hace evidente que los conflictos religiosos se sitúan en un escenario más amplio de conflictos, con raíces sociales, culturales y étnicas».

Además identificó en la «política del país en las últimas décadas» una «causa fundamental» de los actuales conflictos y recalcó la instrumentalización de la religión «con fines políticos».

El objetivo de la iniciativa que presentó el purpurado es «crear apertura, cambiar las conciencias y el modo de percibir la realidad». «Queremos dar nuevos impulsos para la vida de fe en nuestras comunidades», añadió.

Y es que «la asistencia a todos los perseguidos y oprimidos, con independencia de su religión, es una obligación en los cristianos», observó.

«Pero como Iglesia en un país en el que los cristianos viven seguros en libertad –explica el purpurado--, estamos obligados a permanecer cerca de nuestros hermanos y hermanas en la fe que son perseguidos por la fe»

«Si no fuéramos capaces de esta solidaridad, traicionaríamos nuestra fe y nuestra solidaridad estaría vacía», concluyó.

Más de 250 grupos étnicos diferentes forman la población de Nigeria --el país más poblado de África--, cuyos habitantes rondan los 130 millones. De ellos, un 50% es musulmán, un 40% cristiano y un 10% sigue las creencias tradicionales.