Los votos de los diputados de la coalición gubernamental de centro derecha, con mayoría absoluta en el pleno, se opusieron a los proyectos presentados por el Partido Socialista (PS), primera fuerza de la oposición, el Partido Comunista (PCP), Los Verdes y Bloque de Izquierda (BE).
Una de las propuestas buscaba permitir la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 10 ó 12 semanas; otra promovía su despenalización.
Asimismo, los representantes del grupo parlamentario de centro derecha, formado por el liberal Partido Social Demócrata (PSD) y el democristiano Partido Popular (CDS-PP), votaron en contra de promover un Referéndum sobre el aborto.
En el país ya había tenido lugar una primera consulta popular en 1998 con victoria del «no» a la liberación. Sin embargo, el resultado no fue vinculante debido al alto índice de abstención registrado en las urnas.
El debate no fue unánime entre los socialistas lusos, ya que algunos diputados del mayor partido de la oposición optaron por abstenerse o votar en contra de las propuestas de liberalización del aborto por razones de conciencia, según informa Europa Press.