ROMA, jueves, 25 marzo 2004 (ZENIT.org).- La situación de los religiosos católicos que viven en Israel y en los territorios ocupados se hace cada vez más difícil a causa de la sistemática negación por parte de las autoridades de visas, denuncia la prensa italiana.
El 17 de marzo, por ejemplo, dos religiosas del Santísimo Rosario fueron detenidas. Dos días antes un fraile franciscano también fue bloqueado, informa el diario de la ciudad de Roma «Il Tempo».
Sacerdotes, religiosas y religiosos, informa el cotidiano, que se encuentran en Tierra Santa desde hace tiempo, están teniendo serios problemas, pues sus permisos no son renovados por las oficinas del Ministerio del Interior.
«La falta de visa se convierte también en un problema humanitario –añade «Il Tempo»–: algunos religiosos tienen que salir urgentemente de Israel para atender a sus padres en el lecho de muerte. Pero no pueden abandonar el país porque corren el riesgo de no poder volver».
«El nuevo ministro del Interior –añade el diario– y otros exponentes gubernamentales en el pasado han tranquilizado y han prometido solucionar la situación a las autoridades eclesiásticas, pero no se han cumplido».
La negación de visas, constata «Il Tempo», cuestiona el Acuerdo Fundamental entre la Santa Sede y el Estado de Israel, del que se cumplen los diez años. El Acuerdo reconoce a la Iglesia el derecho a desplegar su propio personal e instituciones.
«Lo irónico es que estas situaciones no se habían verificado nunca antes, cuando no existían estos acuerdos», constata el diario.
Según algunos cálculos, citados por el cotidiano, se calcula que en estos momentos unos cien eclesiásticos o religiosos viven en una situación «ilegal», al no haber recibido la renovación de su visa. Se trata de personas que en su gran mayoría habían entrado regularmente en el país, pero que ahora necesitan renovar el permiso de permanencia.
«La Iglesia en Tierra Santa corre el riesgo de no tener personal suficiente para que puedan funcionar los santuarios, parroquias, hospitales, escuelas», denuncia el diario.
El padre David Jaeger, franciscano, portavoz de la Custodia de Tierra Santa, en declaraciones a «AsiaNews» afirma: «Es una situación alucinante y kafkiana. El problema es gravísimo y está empeorando cada día. Las promesas hechas por los altos cargos del gobierno todavía no han sido mantenidas».
«No nos explican las razones de este nueva política, no hay canales institucionales de diálogo capaces de encontrar una solución a la situación. Ha llegado la hora de que la Iglesia en Tierra Santa haga un llamamiento a la solidaridad de la Iglesia en el mundo. Los gobernantes del país deben tener claro que la situación interesa a toda la Iglesia católica en el mundo», añade el franciscano.