El matrimonio para siempre, un bien para Chile

Declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile

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SANTIAGO DE CHILE, miércoles, 31 marzo 2004 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación la declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile tras la aprobación de la nueva Ley de Matrimonio Civil que incluye el divorcio vincular.

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CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE
Ref. Cech Nº 072/2004

El matrimonio para siempre, un bien para Chile

1. El Congreso Nacional ha aprobado recientemente la nueva Ley de Matrimonio Civil. Junto con contener avances en variadas materias, la ley incluye el divorcio vincular. Urge ahora la aprobación de la Ley de Tribunales de la Familia.

2. Desde que se inició el debate político y legislativo, como Obispos de la Iglesia Católica hemos propuesto al país la enseñanza del Señor Jesús a favor del matrimonio indisoluble. Con el Santo Padre hemos reiterado “No os dejéis invadir por el contagioso cáncer del divorcio que destroza la familia, esteriliza el amor y destruye la acción educativa de los padres cristianos. “No separéis lo que Dios ha unido”(Mt 19,6)”(Juan Pablo II a las familias de Chile.)

3. Era necesaria una nueva ley de matrimonio civil para mejorar la legislación anterior y para aliviar y ayudar a los hermanos y hermanas cuyos matrimonios se han quebrado, y que necesitan nuestra acogida y acompañamiento. Pero a la luz del conocimiento que la fe, la razón y la experiencia nos entregan, tenemos la firme convicción de que el divorcio vincular – sobre todo, el divorcio unilateral, por abandono – lejos de fortalecer a la familia, termina perjudicando habitualmente a sus miembros más débiles, particularmente a las mujeres y los hijos. Erosiona la estructura familiar quien olvida que “el bien de la indisolubilidad es el bien del matrimonio mismo” (Juan Pablo II, 28 de enero de 2002, n.4)

4. Conscientes del bien que representa para la sociedad entera – para las familias, y especialmente para los niños, los jóvenes y las mujeres – el matrimonio para toda la vida, más que nunca pondremos todo nuestro empeño pastoral en fortalecer los fundamentos de los matrimonios chilenos, para que cada familia sea un verdadero santuario de la vida, de la confianza y de la paz.

5. Es nuestra intención entregar más adelante una palabra de esperanza sobre el evangelio de la familia, que nos ayude a responder a los desafíos que plantea esta ley. Llamamos desde ya a todos los católicos a colaborar en las acciones de pastoral familiar que daremos a conocer.

6. A los esposos el artículo 20 les reconocerá su alianza conyugal fundada en el sacramento del matrimonio. Entre ellos y ante Dios asumirán un único compromiso, el de amarse como Cristo nos amó, permaneciendo unidos para siempre en el amor, tanto en las horas alegres como en las más tristes, junto a sus hijos y junto a Dios. Tendrán que inscribirlo y ratificarlo ante el Oficial del Registro Civil.

7. Nuestro compromiso permanente será alentar e inspirar a los jóvenes de edad y de espíritu a realizar su sueño de entrega y fidelidad. Su alianza puede tener el vigor que ellos desean y que la ley no quiere ni puede arrebatarles. El matrimonio para toda la vida de innumerables jóvenes y adultos seguirá siendo un bien para Chile.

8. A quienes lucharon por ser coherentes con su fe y con la definición de matrimonio que siempre ha caracterizado a nuestro pueblo, va nuestra palabra de aprecio y gratitud. Creemos que, después de una larga y dolorosa experiencia, se añorará volver a hacer efectiva esa realidad que Andrés Bello describió y estableció en nuestro Código Civil: “El matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente”.

9. Recurramos con confianza a la Familia de Nazareth, que vivió con alegría su vocación al amor y compartió el proyecto de vida más hermoso de la historia. Encomendemos al Espíritu Santo las esperanzas de tantos jóvenes que quieren ser fieles a la vocación de formar una familia que sea una verdadera casa y escuela de comunión.

Santiago, 17 de Marzo de 2004

COMITÉ PERMANENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE

+Francisco Javier Errázuriz Ossa
Cardenal Arzobispo de Santiago
Presidente

+Gonzalo Duarte García de Cortázar
Obispo de Valparaíso
Vicepresidente

+Manuel Donoso Donoso
Arzobispo de La Serena

+Alejandro Goic Karmelic
Obispo Coadjutor de Rancagua

+Manuel Camilo Vial Risopatrón
Obispo de Temuco
Secretario General

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ZENIT Staff

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