«Cáritas Jerusalén» reclama protección para las escuelas ante los ataques militares

JERUSALÉN, jueves, 10 junio 2004 (ZENIT.org).- «Caritas Jerusalén» ha manifestado su «profunda preocupación» por el hecho de que las acciones militares tengan como objetivo las escuelas y ha pedido a las partes en conflicto que excluyan los centros donde haya niños reunidos.

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En un comunicado enviado a Zenit desde el organismo caritativo católico, se constata que esta situación se produjo el pasado 1 de junio.

Ese día, según relata UNRWA (agencia especializada de la ONU para los refugiados palestinos), «hacia las 16.00 horas, un tanque situado en las dunas de arena a algunos cientos de metros de la “UNRWA’s Al-Umariye Elementary Boys’ School” abrió fuego en Tel Es-Sultan, distrito de Rafah».

«La escuela está situada en la calle principal de Tel Es-Sultan. Varios disparos alcanzaron el edificio y uno impactó en la ventana de un aula del segundo piso», prosigue.

«El proyectil o la metralla –denuncia UNRWA— desde la ventana entró en el aula, donde hirió a dos niños de diez años. Uno resultó herido levemente en la cabeza. El otro, Mahmoud Nathmey Hamad, fue alcanzado en el cuello» y tuvo que ser operado de urgencia; dentro de la gravedad de su estado, se está recuperando.

De acuerdo con Peter Hansen, comisionado general de UNRWA, «es la segunda vez en un año que un niño en un aula de la ONU ha resultado herido por fuego israelí».

«Tal indiferencia hacia la inviolabilidad de las escuelas y la bandera de la ONU que hondea en ellas viola todas las normas humanitarias y es absolutamente deplorable –denuncia–. El ejército israelí debería dar pasos para investigar este incidente y, si fuera necesario, llevar a la justicia a los responsables».

Claudette Habesch, secretaria general de «Caritas Jerusalén», ha manifestado igualmente una firme oposición a hacer de las escuelas un objetivo por cualquiera de las partes en conflicto.

«Todos los niños tienen derecho a acceder a las escuelas y a la educación. Los niños también tienen derecho a sentirse y estar seguros en sus aulas. Escuelas y guerra no se mezclan», advierte.

«Es inconcebible que un niño que intenta mejorar a través de la educación regrese a casa del colegio con una herida de metralla. Esto no debería volver a ocurrir. Respetuosamente hago un llamamiento a las partes para que excluyan escuelas y lugares donde haya niños reunidos», concluye Habesch.

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ZENIT Staff

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