«Lo que necesitamos es que la comunidad mundial rece con nosotros por la paz y que apoye nuestros esfuerzos por ofrecer una formación sólida a los más jóvenes entre nosotros», reconoció el padre Augustine Njuu, superior general de los Apóstoles de Jesús, durante su visita del pasado 15 de junio a la sede alemana de la Obra de Derecho Pontificio «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN).
Llenos de entusiasmo y valor, los sacerdotes de los Apóstoles de Jesús recorren cada familia del este y sur del continente africano, hablan con los necesitados y les enseñan el Evangelio y a leer y escribir.
En sus visitas a los párrocos de Sudán, Tanzania y Kenia, el padre Njuu ha podido comprobar que la situación es especialmente difícil debido a la guerra, si bien ha constatado que la Iglesia desempeña un papel muy activo y que los domingos las iglesias están llenas de fieles en todos los pueblos a los que ha viajado.
La congregación de los Apóstoles de Jesús fue fundada en 1968 en Moroto (Uganda, cerca de Sudán) por dos Combonianos italianos. Su casa madre se encuentra en Nairobi (Kenia).
De acuerdo con el superior general, la congregación cuenta con 357 sacerdotes que trabajan en Kenia, Uganda, Etiopía, Yibuti, Sudáfrica y Sudán, y con cuatro seminarios menores con más de 700 estudiantes, dos seminarios mayores y un noviciado. Todos ellos necesitan ayuda para seguir funcionando.
En el ámbito de la formación de futuros sacerdotes, AIN ha destinado de 1995 a 2004 más de 125.000 euros a esta joven congregación.
El padre Werenfried van Straaten fundó AIN –asociación dependiente de la Santa Sede– en 1947 para sostener a la Iglesia allí donde tuviera dificultades en su misión a causa de la falta de libertad religiosa o de medios económicos.
Más información en www.ain-es.org.