CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 25 junio 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II agradeció el compromiso de Malta a favor de la mención –fracasada– de las raíces cristianas en el Tratado constitucional europeo al recibir este viernes en audiencia a su presidente, Edward Fenech Adami.
«Su visita tiene lugar en un momento importante de la historia de su país. Malta, al ocupar el lugar que le corresponde en la Unión Europea, tiene que desempeñar un papel vital para reforzar la profunda identidad cristiana del continente», comenzó reconociendo el Papa.
«En este sentido, quisiera manifestar el sincero aprecio de la Santa Sede por el apoyo que su excelencia y el gobierno de Malta han prestado a la inclusión de una referencia a la herencia cristiana de Europa en el preámbulo del Tratado Constitucional de la Unión Europea», añadió.
«Desde los tiempos de San Pablo, Malta goza de renombre por su firme adherencia a la fe», evocó el Papa.
«Rezo para que persevere en ella y estoy seguro de que el pueblo de Malta, tan conocido por su dedicación a la Iglesia y, en particular, por su respeto a la familia, lleve a los otros a apreciar más profundamente el mensaje liberador del Evangelio», confesó por último.
Al final de la audiencia privada, Fenech Adami, elegido el 4 de abril pasado, presentó al Papa a toda su familia: su esposa, sus cuatro hijos y su hija, sus respectivos esposos o esposas, así como ocho nietos de entre 17 meses y 11 años.
El 91% de la población de Malta, algo menos de cuatrocientos mil habitantes, es católica con un índice elevado de práctica religiosa (la participación en la misa gira en torno al 65%).
Juan Pablo II pisó por tercera vez este país insular del Mediterráneo en mayo de 2001, en el marco de una peregrinación tas las huellas de san Pablo que le llevó, además, por Grecia y Siria.
