El pontífice lanzó su llamamiento este domingo, al rezar la oración mariana del Ángelus, recordando que el día anterior se había celebrado la Jornada mundial contra la tortura.
«Que el compromiso común de las instituciones y de los ciudadanos pueda eliminar completamente esta intolerable violación de los derechos humanos, radicalmente contraria a la dignidad del hombre», deseó el Papa.
Con motivo de la Jornada de apoyo a las víctimas de la tortura, la Federación Internacional ACAT (Acción de Cristianos por la Abolición de la Tortura) ha recordado la prohibición absoluta, según el derecho internacional, de la tortura en toda circunstancia, en todo lugar y en todo momento.
FIACAT invita a los gobiernos a firmar el «protocolo facultativo a la Convención contra la tortura adoptado por la asamblea general de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 2002, que busca reforzar la protección de las personas ante la tortura y otras penas o tratamientos crueles, inhumanos o degradantes a través de un sistema de visitas regulares a los lugares de detención».
«Rompiendo el silencio y el anonimato, luchando contra la impunidad, la erradicación de la tortura a largo plazo es posible», afirma el comunicado de FIACAT.
