INTROD, miércoles, 7 julio 2004 (ZENIT.org).- La fuerte lluvia y el miedo a posibles tormentas impidió a Juan Pablo II salir en la mañana de este miércoles de excursión en coche por las montañas de los Alpes italianos en donde pasa doce días de vacaciones.
En los momentos en los que amainó la lluvia, probablemente el Santo Padre salió a leer, escribir, o conversar con sus compañeros de veraneo en el parque que se encuentra junto al chalet en el que reside, en Les Combes, en la pequeña localidad de Introd.
En la mañana, numerosas personas habían esperado al Papa en la curva de la carretera cercana a su residencia para verle, en caso de que hubiera salido a dar un paseo en automóvil, como lo había hecho el día anterior. Sin embargo, sus esperanzas quedaron decepcionadas.
Sobre el Valle de Aosta llovió desde las primeras horas de la mañana y la Protección Civil había lanzado una alarma entre la población ante posibles peligros provocados por el mal tiempo.