CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 18 marzo 2005 (ZENIT.org).- Los desafíos de la paz y los derechos de cada uno de los ciudadanos han sido el argumento central de la visita que realizó este viernes Dragan Covic, miembro de la presidencia colegial de Bosnia-Herzegovina, al cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado de la Santa Sede.
Un comunicado publicado por Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, revela que «durante el encuentro se dio un útil intercambio de opiniones sobre la actual situación del país».
«El presidente comunicó también al cardenal secretario de Estado sus más sinceros deseos por una rápida curación», afirma el texto.
«El cardenal secretario de Estado aseguró que la Santa Sede comprende muy bien las actuales dificultades de la situación del país, deseando que todos los ciudadanos respeten el derecho y que se respeten los derechos de cada quien», añade.
Tras transmitir los deseos «de paz y armonía» del Papa para todos «los pueblos que componen el Estado de Bosnia y Herzegovina» el cardenal Sodano «presentó un saludo especial del Santo Padre al cardenal Vinko Puljic, a todo el episcopado, al clero y a todos los fieles católicos del país».
Tras las tormentosas vicisitudes bélicas que siguieron a la declaración de independencia, en 1992, de la República Federativa Socialista Yugoslava, Bosnia-Herzegovina ha quedado constituida en dos entidades que se reparten el territorio a la mitad, dotadas cada una de su propio Parlamento y Gobierno: la Federación Croata-musulmana, guiada por un presidente y un vicepresidente alternativamente croata y musulmán; y la República serbobosnia.
Las dos entidades comparten un órgano legislativo central formado por la Cámara de Representantes y la Cámara de los Pueblos, y una presidencia colectiva integrada por tres miembros.
Esta fórmula respeta los acuerdos de paz firmados en 1995 en Dayton, que pusieron punto final a la feroz guerra civil.
