En la Eucaristía es posible comprender mejor lo que es el hombre

Misa en la Cena del Señor en ausencia del Santo Padre

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 24 marzo 2005 (ZENIT.org).- En la Eucaristía es posible comprender mejor lo que es el ser humano, aseguró el cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, al presidir en nombre de Juan Pablo II la Misa en la Cena del Señor en la tarde del Jueves Santo.

El pontífice no pudo estar presente a causa de su convalecencia en la basílica de San Pedro, pero siguió la celebración por televisión y al inicio se leyó su breve mensaje.

«Con la mente y con el corazón estoy junto a vosotros, reunidos en la tumba del apóstol Pedro con motivo de la Santa Misa en la Cena del Señor, que constituye el primer acto del Triduo Pascual, culmen del año litúrgico», afirmaba el Santo Padre.

Tras saludar a los embajadores presentes de los países que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede, el Papa invitó en el texto a los participantes a «volver espiritualmente» con Cristo «al Cenáculo», para «entrar en profundidad en el misterio de su Pascua».

En su misiva recordó que en esa noche de hace algo más de dos mil años Jesús «primero lavó los pies de los apóstoles, queriendo darles el ejemplo de un amor que se hace servicio humilde y concreto. Después consagró el pan y el vino, como sacramento de su Cuerpo y de su Sangre, entregados en sacrificio por nuestra salvación».

«Precisamente he querido dedicar al sacramento de la Eucaristía el año que estamos viviendo: encuentra en esta celebración un momento sumamente significativo», afirmó el Papa en referencia al Año de la Eucaristía, que se celebra de octubre de 2004 a octubre de 2005.

En la Eucaristía, Cristo realmente presente para el creyente, aseguró el cardenal López Trujillo en la homilía, «podemos comprender mejor lo que es el hombre».

«La tragedia del hombre está en no comprender todo lo que Dios le ama, en un diálogo de amor que tiene su alba en la mañana de la Creación», reconoció el purpurado.

Ante el «gran misterio» de amor de la Eucaristía, es posible comprender el «escándalo» de «quienes se dicen cristianos y traicionan ese amor con la violencia, con la enemistad y el desprecio de los pobres», reconoció.

«Es un abuso el que, invocando el Nombre de Dios, y también en nombre de Dios, siembren odio, conflictos, y terrorismo», denunció.

«La Eucaristía –subrayó– dilata el corazón de toda la familia humana por los pobres y necesitados que tienen derecho a una «globalización de la solidaridad» y al reconocimiento y al respeto de los derechos del hombre y de los derechos de la familia, que son fundamentales».

El cardenal aseguró por último que «nuestra fervorosa oración se eleva por el Santo Padre, denodado defensor y testigo de lo que es la auténtica calidad de vida que tenemos que proclamar y defender, agradecidos al Señor de la vida por su servicio tan generoso a la Iglesia y a la humanidad».

Tras la homilía tuvo lugar el tradicional rito del lavatorio de los pies a doce sacerdotes.

Por petición del Papa, las ofertas de la misa se destinarán a las poblaciones de Venezuela afectadas por las devastadores inundaciones del pasado mes de febrero.

En la oración de los fieles, se oró en diferentes idiomas por el Papa, por la unidad entre los cristianos de oriente y occidente, y por los que sufren.

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ZENIT Staff

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