ROMA, miércoles, 2 marzo 2005 (ZENIT.org).- Monseñor Andraos Abouna, obispo auxiliar caldeo en Bagdad constata el resurgimiento de la confianza entre la comunidad cristiana iraquí.

El prelado, en una reciente visita a la sede de Ayuda a la Iglesia Necesitada, en su sede de Königstein (Alemania), ha asegurado que la gente comienza a pensar que Irak podría ser «el primer país democrático de Oriente Medio».

El obispo Abouna explica que los católicos vuelven a asistir a misa, tras meses de ausencia a raíz de los atentados de bomba perpetrados contra lugares de culto cristianos en la capital y la ciudad norteña de Mosul.

«Los creyentes asisten a misa igual que antes, ya no tienen miedo en absoluto», asegura.

En su descripción de la mejoría de la situación desde las elecciones del 30 de enero, el obispo comenta que en Bagdad crece la esperanza a medida que disminuyen las colas para comprar combustible y aumenta la seguridad.

«La situación en Bagdad ha mejorado mucho», indica, «porque el Ejército iraquí controla toda la zona y captura cada día a más terroristas».

El obispo Abouna también informa de una drástica reducción del número de cristianos que buscan asilo en el extranjero. «Muchas familias están retornando de Siria a Bagdad», observa, «y creo que mucha gente regresará a Irak en el futuro».