Jornadas Sociales: «Argentina, levántate y trabaja»

MAR DE PLATA, domingo, 8 mayo 2005 (ZENIT.orgAica).- Al término de las Jornadas Sociales sobre «La Cultura del Trabajo», que desde el viernes se desarrollaron en esta ciudad turística, la Comisión Episcopal de Pastoral Social, dio a conocer un mensaje titulado «Argentina, levántate y trabaja».

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El texto fue redactado por el padre Ignacio Pérez Del Viso S.I., basándose en las conclusiones de los participantes, y leído en el cierre por el administrador apostólico de Resistencia y presidente de la Comisión, monseñor Carmelo Giaquinta; el obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Bargalló, y por el secretario ejecutivo de la Comisión, monseñor Jorge Lagazio.

Este es el mensaje.

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Reanudamos las Semanas Sociales de Mar del Plata, para estar presentes hoy, como Iglesia, en el mundo del trabajo que para muchos es el mundo de la falta de trabajo, del trabajo precario o del trabajo en negro. No queremos ofenderlos a ellos con discursos, sino sólo acompañarlos con algunas reflexiones y propuestas que nos ayuden a ir saliendo de esta situación. Las estadísticas dicen que ha disminuido el desempleo durante el último año, lo cual nos alegra, pero el número de desempleados es aún alarmante. Y aunque estos fueran pocos, la angustia de una sola familia nos aflige a todos, como cuando un solo chico necesita un transplante para sobrevivir.

Tenemos que imaginar el proyecto de país que queremos y los valores que lo animen, consensuando este modelo con todos los sectores sociales. Deseamos recuperar la credibilidad de la Argentina para que vengan inversiones y aumenten los empleos, pero sobre todo queremos volver a confiar en nuestro país. Necesitamos una mayor transparencia en la sociedad y nos duele saber hoy que se pagaban sobresueldos en vez de generar empleos. Tampoco esperamos que el Estado nos solucione todos los problemas. Es la sociedad entera la que debe cambiar, como es la Iglesia entera la que debe acompañar a los trabajadores.

Necesitamos políticas que promuevan la industria nacional y no permitir que la importación descontrolada deje un tendal de empresas fundidas y trabajadores en la calle. Esta política de una cierta protección es la que aplican los países europeos. Nosotros también debemos actuar en forma comunitaria con los socios del MERCOSUR y los pueblos hermanos de América Latina. Necesitamos además que las exportaciones ganen en valor agregado.

En una Argentina que se concentra en torno a la Capital, debemos generar políticas regionales, a escala humana, que equilibren las oportunidades de trabajo y mitiguen los problemas de la migración. Recuperemos el ferrocarril, cuidemos los recursos naturales y promovamos el desarrollo de energías alternativas. Atendamos a la degradación del medio ambiente, en particular cuando afecta a los más pobres.

Procuremos recomponer los vínculos, con su entorno social, de los desocupados, los piqueteros, los cartoneros y los marginados en general. Fomentemos la cultura del diálogo que busca consensos y respeta las diversidades. Los católicos deseamos trabajar junto con los cristianos de otras Iglesias, con los creyentes de otras Religiones y con todas las personas de buena voluntad para reconstruir la Argentina que tanto queremos.

Para desarrollar una cultura del trabajo con un proyecto de país que se sostenga en el tiempo, proponemos algunas medidas de aplicación más inmediata. Pedimos ante todo, que los planes sociales se transformen en un fortalecimiento del empleo temporario y que no se le retiren automáticamente al que ha conseguido algún trabajo.

Proponemos que se generen políticas de promoción impositiva para las pequeñas empresas, que se estudie la posibilidad de crear una caja financiera para promover las PYMES, las empresas familiares y los micro emprendimientos, que se apoye a las empresas recuperadas por los trabajadores y a los pequeños agricultores, que se estudie el complejo problema del trabajo en negro, para encontrar soluciones que no perjudiquen a los trabajadores.

Para avanzar por este camino alentamos la creación de mesas de diálogo a nivel provincial y municipal que se ocupen de los problemas laborales en coordinación con la Mesa Nacional del Diálogo Argentino, sugerimos que se vinculen las tareas del voluntariado con los proyectos de creación de trabajo, invitamos a los laicos a asumir mayores responsabilidades ya que la Pastoral Social es de toda la Iglesia, proponemos la creación de una red de proyectos sociales incorporada a la Red Federal de Diálogo, deseamos que la acción de esta Comisión de Pastoral Social se desarrolle en coordinación con la de Cáritas y otras Comisiones Episcopales, como la de Pastoral Aborigen, Migrantes, Salud y Penitenciaria, y que estudiemos y divulguemos el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia de reciente publicación.

Firmamos este Mensaje el 8 de mayo de 2005, día de la Virgen de Lujan. María como la esposa del carpintero, es una fuente de inspiración para todos los que deseamos recuperar la cultura del trabajo.

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ZENIT Staff

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