Benedicto XVI quiere una Iglesia misionera

Mensaje a la Asamblea de las Pontificias Obras Misioneras

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LYÓN, lunes, 9 mayo 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI desea que la Asamblea de las Obras Pontificias Misionales, que se celebra en Lyón (Francia) del 4 al 13 de mayo «reavive el ardor misionero» entre los cristianos.

En particular, el Santo Padre en un mensaje dirigido a los participantes en el encuentro, espera que lleve a los jóvenes «a anunciar el Evangelio y la salvación que nos viene del único Salvador», Jesucristo.

La misiva, en francés, enviada en nombre del obispo de Roma por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, publicada por la agencia Fides, fue leída el 5 de mayo, durante la misa de inauguración de la asamblea por el cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en la catedral de San Juan Bautista en Lyón.

En el mensaje, el pontífice recuerda que Pauline-Marie Jaricot (1799-1862), fundadora de la Pontificia Obra Misionera para la Propagación de la Fe, sacaba de la Eucaristía «la fuerza de la fe y una convicción profundamente misionera».

Por este motivo, invita a los católicos a «arraigar su vida y acciones en la contemplación del misterio eucarístico, que es la fuente y el centro del proceso de crecimiento de la Iglesia».

En su homilía, el cardenal Sepe afirmó que «la misión no es algo opcional ni una iniciativa personal, sino que responde a un mandamiento preciso de Jesús».

«Todos los discípulos, sin excluir a nadie, está involucrado en este mandamiento», aseguró el prefecto del organismo vaticano dedicado a las misiones.

Fundada en Lyón en 1822 por un grupo de laicos entre los que sobresalía Marie Pauline Jaricot, en causa de beatificación, la Pontificia Obra Misionera para la Propagación de la Fe se propagó por distintos países y continentes, hasta que el 3 de mayo de 1922 fue reconocida como Obra Pontificia por Pío XI, pasando su sede central de Lyón a Roma.

La asamblea general, reunida de manera excepcional en Lyón, congrega a 120 directores nacionales de las Pontificias Obras Misionales, provenientes de todo el mundo, junto a su presidente, el arzobispo polaco Henryk Hoser, quien es también secretario adjunto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

Su objetivo es el de examinar las peticiones de ayuda a las diferentes necesidades y actividades que las jóvenes Iglesias han presentado.

El 5 de mayo, fiesta de la Ascensión (también a nivel civil en Francia), el cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyón, inauguró tras una larga restauración la casa natal de Pauline-Marie Jaricot, convertida en lugar de oración y compromiso misionero.

En la asamblea, el cardenal Sepe firmó los nuevos Estatutos de las Pontificias Obras Misionales, que actualizan los anteriores, de 1980.

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ZENIT Staff

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