LA HABANA, lunes, 13 junio 2005 (ZENIT.org–El Observador).-. Este fin de semana se ha conmemorado la primera década de presencia en la isla de Cuba de los Misioneros de Guadalupe, instituto mexicano para las misiones.
El 11 de junio de 1995, a petición de la Iglesia cubana, llegaron los tres primeros sacerdotes misioneros a colaborar con la Arquidiócesis de Santiago, en la parte oriental de la isla caribeña, territorio que esta bajo el manto protector de la Virgen de la Caridad del Cobre.
Los Misioneros de Guadalupe están celebrando, por otra parte, su año jubilar en este 2005. El Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, fue fundado por los obispos mexicanos en el año de 1949. En la actualidad existen 165 misioneros, principalmente, en Asia, África y América Latina.
En Cuba fueron destinados a Manzanillo y Campechuela, en la provincia de Gramma, en el sureste de la isla, porción muy complicada por su orografía cruzada por la Sierra Maestra. Actualmente atienden las parroquias de Campechuela, de la diócesis de Bayazo y Manzanillo, Palma Soriano, de la arquidiócesis de Santiago, Cristo Rey, Nuestra Señora de la Paz, San Nicolás de Bari, Santo Tomás y la parroquia de El Aguacate, en la Arquidiócesis de La Habana.
La misa de Acción de Gracias por los diez años de presencia de los Misioneros de Guadalupe en Cuba se celebró el pasado 1 de junio en la parroquia de Cristo Rey, presidida por el cardenal Jaime Lucas Ortega Alamino, arzobispo de La Habana.
Concelebró monseñor Florencio Olvera Ochoa, obispo de Cuernavaca (México) y presidente de la Comisión Episcopal de las Misiones de México.
También estuvo presente en la celebración eucarística el vicario general de los Misioneros de Guadalupe, el padre Roberto Domínguez Couttolenc.
Los Misioneros de Guadalupe cuentan con una página web en la cual se puede ayudar a esta obra de gran alcance misional en territorios descristianizados: www.mg.org.mx