Así será la primera Cuaresma y Semana Santa de Benedicto XVI

Misa en sufragio por Juan Pablo II y celebración comunitaria de la Penitencia

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 16 enero 2006 (ZENIT.org).- La coincidencia de alguna fiesta litúrgica y el primer aniversario del fallecimiento de Juan Pablo II con el período cuaresmal, además de la propia iniciativa de Benedicto XVI, marcan novedades en las celebraciones que por primera vez presidirá en ese tiempo litúrgico.

Como explicaba Juan Pablo II, «cada año la Cuaresma nos propone un tiempo propicio para intensificar la oración y la penitencia y para abrir el corazón a la acogida dócil de la voluntad divina» (Mensaje para la Cuaresma 2005).

Este tiempo –añadía– «nos invita a recorrer un itinerario espiritual que nos prepara a revivir el gran misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo, ante todo mediante la escucha asidua de la Palabra de Dios y la práctica más intensa de la mortificación, gracias a la cual podemos ayudar con mayor generosidad al prójimo necesitado».

La Cuaresma comenzará el miércoles de Ceniza (este año el 1 de marzo); Benedicto XVI presidirá la Santa Misa, bendición e imposición de la ceniza en la Basílica romana de Santa Sabina a las 17.00 horas. Así lo adelantaba el último día de 2005 el calendario de celebraciones litúrgicas –difundido por la Santa Sede– que presidirá el Papa.

El domingo siguiente (I de Cuaresma), 5 de marzo, a las 18.00 horas, el Papa y la Curia comenzarán los Ejercicios espirituales en la Capilla «Redemptoris Mater» del Palacio Apostólico. Se prolongarán hasta la mañana del sábado 11 de marzo. Durante esa semana, el Papa se dedicará a la oración y suspenderá sus audiencias.

El IV domingo de Cuaresma, 26 de marzo, Benedicto XVI –obispo de Roma– realizará su segunda visita pastoral a una parroquia romana, en esta ocasión la de Dios Padre Misericordioso a las 9.30 horas, y presidirá la Santa Misa.

El 19 de marzo (III Domingo de Cuaresma), festividad de San José, en el Altar de la Confesión de la Básica Vaticana el Papa presidirá la Santa Misa por los trabajadores a las 9.30 horas.

El primer aniversario de la muerte de Juan Pablo II (acontecida el 2 de abril) se recordará en un momento central que ha debido preverse para el próximo lunes 3 de abril a las 17.30 –el día más cercano al aniversario, que coincide con el V domingo de Cuaresma–: será cuando Benedicto XVI presida en el Altar de la Confesión de la Basílica Vaticana la Santa Misa en sufragio por su predecesor.

El Domingo de Ramos –9 de abril–, que introduce la Semana Santa, el Santo Padre presidirá a las 9.30 horas en la Plaza de San Pedro la Bendición de Ramos, la procesión y la Santa Misa.

El calendario muestra dos novedades en fecha y forma: el Martes Santo –11 de abril– será el día dedicado a subrayar el sacramento de la Reconciliación con una celebración comunitaria que presidirá igualmente Benedicto XVI (hasta que le fue posible, Juan Pablo II cada Viernes Santo por la mañana bajaba a la Basílica Vaticana a confesar a los fieles él mismo).

La celebración de la Penitencia el próximo Martes Santo se especifica en el calendario como «Rito para la reconciliación de penitentes con la confesión y la absolución individual». Tendrá lugar en la Basílica de San Pedro.

El Catecismo de la Iglesia Católica explica que «el sacramento de la penitencia puede también celebrarse en el marco de una celebración comunitaria, en la que los penitentes se preparan a la confesión y juntos dan gracias por el perdón recibido».

«Así la confesión personal de los pecados y la absolución individual están insertadas en una liturgia de la Palabra de Dios, con lecturas y homilía, examen de conciencia dirigido en común, petición comunitaria del perdón, rezo del Padrenuestro y acción de gracias en común –añade–. Esta celebración comunitaria expresa más claramente el carácter eclesial de la penitencia. (Cf. n. 1482).

De hecho así se realiza en muchas parroquias esta celebración, que incluye el momento en que los fieles se acercan –individualmente— al sacerdote para la confesión y la absolución.

De acuerdo con el arzobispo Piero Marini –maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias– «en realidad hasta el Renacimiento también ésta era una de las tradicionales citas y tenía lugar el Jueves Santo», recoge el diario del episcopado italiano «Avvenire».

Toda la Curia Romana será invitada a la celebración del Martes Santo. La Oficina de Celebraciones Litúrgicas pontificia estudia la mejor forma para permitir la disponibilidad en la Basílica vaticana de un número adecuado de confesores durante el rito.

La razón de trasladarlo al Martes Santo es –precisa el arzobispo Marini– «no cargar más un día como el Jueves Santo», que prevé por la mañana la Santa Misa Crismal (en la Basílica Vaticana) y por la tarde, iniciando el Triduo Pascual, la Santa Misa de la Cena del Señor (en la Basílica romana de San Juan de Letrán). Presidirá ambas celebraciones el 13 de abril Benedicto XVI, respectivamente a las 9.30 y a las 17.30 horas.

A las 17.00 horas del Viernes Santo (14 de abril) presidirá, en la Basílica Vaticana, la Celebración de la Pasión del Señor, y a las 21.15, en el Coliseo romano, el Vía Crucis. El año pasado las meditaciones y oraciones para este itinerario del Calvario fueron redactadas, por encargo de Juan Pablo II, por el cardenal Joseph Ratzinger, quien las centró en la entrega de Jesús en la Eucaristía, en el año dedicado por el fallecido Papa a este sacramento.

El Sábado Santo, por la noche, a las 22.00 horas dará inicio, presidida por Benedicto XVI, la Vigilia Pascual de la noche santa en la Basílica Vaticana.

El Domingo de Pascua de Resurrección del Señor, 16 de abril, el Santo Padre presidirá a las 10.30 la Santa Misa en la Plaza de San Pedro, y a las 12.00, desde el balcón central de la Basílica Vaticana, impartirá la Bendición «Urbi et Orbi» (a la ciudad y al mundo).

«A partir del Triduo Pascual, como de su fuente de luz, el tiempo nuevo de la Resurrección llena todo el año litúrgico con su resplandor. De esta fuente, por todas partes, el año entero queda transfigurado por la Liturgia», aclara el Catecismo de la Iglesia Católica (Cf. n. 1168).

«Por ello, la Pascua no es simplemente una fiesta entre otras: es la “Fiesta de las fiestas», «Solemnidad de las solemnidades»» (O.c., n.1169).

Salvo las excepciones señaladas, el pontífice mantendrá, además, el habitual ritmo de audiencias generales de los miércoles, el encuentro con los peregrinos con motivo del Ángelus los domingos y fiestas, así como las audiencias privadas.

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ZENIT Staff

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