ESTRASBURGO, martes, 17 enero 2006 (ZENIT.org).- Exponentes de la política, de la sociedad civil y de la Iglesia católica denunciaron este martes los silencios de las instituciones europeas ante las graves violaciones de la libertad religiosa en el mundo.
La denuncia fue expuesta en una rueda de prensa por el vicepresidente del Parlamento Europeo, Mario Mauro; el padre Bernardo Cervellera, director de la agencia AsiaNews; y por Attilio Tamburrini, director de la sección italiana de «Ayuda a la Iglesia Necesitada».
Los tres ponentes denunciaron la falta de atención de las instituciones europeas ante el creciente fenómeno de la violación de la libertad religiosa en muchos países del mundo.
Mauro subrayó que «la libertad religiosa es un problema social, que sirve de test para medir el nivel de todas las libertades dentro de un estado: si se viola ésta, se violan todas las libertades».
El padre Cervellera, basándose en un experiencia de misionero en China, denunció el secuestro de obispos, muertos en prisión o fallecidos después de años de trabajos forzados; la tortura y el encarcelamiento de monjes budistas tibetanos; las torturas de miles de miembros del movimiento Falun Gong.
Por su parte, Tamburrini, redactor de un informe anual sobre la libertad religiosa, demostró la amplitud del problema de la libertad religiosa en los antiguos países comunistas de Europa y consideró que se necesita el compromiso de vigilancia por parte de las organizaciones internacionales, pues se trata de violaciones a los tratados suscritos por todos los países que forman parte de la ONU.
Al concluir, Mauro subrayó que con mucha frecuencia en el Parlamento Europeo se calla ante estas enormes violaciones contra derechos fundamentales de millones de personas y, sin embargo, se pronuncian denuncias «de carácter ideológico».
En los últimos diez años, constató, en treinta ocasiones el Parlamento Europeo ha denunciado a la Santa Sede por injerencia y violación de derechos humanos, mientras que Cuba y China sólo han sido condenados en una media de quince veces por estos motivos.
Mauro lanzó un llamamiento a los diputados europeos para que las violaciones de la liberta religiosa sean tenidas en cuenta al establecer acuerdos, incluso comerciales, con otros países.