Según expresa la circular emitida por el arzobispo Atenágoras, metropolita de México del Sacro Arzobispado Ortodoxo Griego, el encuentro tiene una importancia teológica y eclesiológica especial, sobre todo por el momento presente, «en el que el diálogo católico-ortodoxo se despliega cada vez con más plenitud en pro de la paulatina restauración de la unidad plena entre nuestras iglesias».
La visita del patriarca de Constantinopla a México es histórica y constituirá –según la misma fuente– una oportunidad para fortalecer la presencia cristiana en el mundo de Occidente, amenazado por tradiciones «extrañas a nuestras raíces y a nuestra conciencia cultural» que amenazan con «desdibujar el perfil identitario de nuestra civilización cristiana».
El encuentro con el episcopado mexicano, al cual acudirá el Consejo Permanente de la CEM y los obispos que deseen asistir, se llevará a cabo en la sede de la Conferencia en México, Distrito Federal. El sucesor del apóstol Andrés pidió esta reunión para profundizar el diálogo entre la Iglesia católica y la ortodoxa, «en defensa de nuestras tradiciones, nuestra identidad y del cristianismo en general».
Antes de la reunión con los obispos de la CEM, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla ha pedido hacer una visita al santuario mariano más visitado del mundo, la Basílica de Guadalupe.
El patriarca ha invitado a Benedicto XVI a visitar Estambul (Turquía) para acogerle este año en la sede de su patriarcado. Las Iglesias ortodoxas y la Santa Sede acaban de relanzar, gracias en buena parte al compromiso de Bartolomé I, el diálogo teológico, que se encontraba estancado desde el año 2000.
El patriarca ecuménico de Constantinopla es el «primus inter pares» en las Iglesias ortodoxas, separadas de la comunión con Roma desde el Cisma de Oriente en julio de 1054, fecha en que se intercambiaron excomuniones el Papa León IX y el patriarca de Constantinopla Miguel Cerulario.
Las excomuniones fueron levantadas en 1965, pero ortodoxos y católicos no han encontrado todavía la unidad plena.
